Caracas.- El sector privado de Venezuela, mermado tras siete años de recesión, alertó de una «voracidad fiscal» por la subida de los impuestos municipales de hasta casi un 10.000 % desde 2019, que llevó a comerciantes a la informalidad, lo que dificulta el camino a la recuperación económica, dicen los empresarios.

La presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Tiziana Polesel, dijo a Efe que, en poco más de dos años, las tasas impositivas que deben pagar los empresarios cada mes sobre sus ingresos brutos pasaron del 0,05 % hasta el 5 % en la mayoría de los municipios, lo que supone un incremento del 9.900 %.

Este aumento «dramático» -explicó Polesel- ha generado que algunos comerciantes pasaran a la informalidad y otros lo estén considerando.

Advirtió también que la subida «voraz» de los impuestos ha hecho que algunos comerciantes se muden a municipios donde la carga tributaria, aunque alta, sea menor, y que dueños de cadenas de farmacias, ferreterías y repuestos cierren sucursales.

«Es verdaderamente preocupante cómo te dicen algunos comerciantes (…) que están pensando en cerrar en determinados estados o mudarse de municipio porque la carga que tienen en el municipio donde están es insostenible, confiscatoria la llaman. Ellos te dicen, de manera coloquial: ‘Estoy trabajando solo para pagar impuestos, porque no me queda nada'», aseguró.

TRABAS PARA PAGAR

La gremialista explicó que, además, algunas alcaldías impiden a las empresas declarar sus impuestos si no han pagado antes el «aseo urbano» (recogida de basura), cuyos aumentos de las tarifas han sido «superiores al 3.000 %».

Esto supone que un retraso en el pago del servicio conlleva un bloqueo para cancelar los impuestos y, por ende, una multa por mora que incrementa todavía más el tributo.

La Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción (Fedecámaras), principal patronal del país, denunció que la «voracidad fiscal» que existe «pudiera, de alguna manera, dificultar mucho más» el «camino de la recuperación».

Señaló que las alcaldías han emitido ordenanzas «que se han salido inclusive del esquema de ordenación tributaria» y han creado «algunas tasas parafiscales» cobradas por instituciones para «permitir» operaciones comerciales en algunas regiones.

A esto, dicen los empresarios, se suma la reciente reforma, por parte del Gobierno nacional, del Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras (IGTF), al incluir un tributo que grava con un 3 % los pagos efectuados en divisas y que entró en vigor a partir del pasado mes de marzo.

Según cifras oficiales, Venezuela recaudó, en los cinco primeros meses del año, 8.015 millones de bolívares, que equivalen a 1.781 millones de dólares al cambio oficial, lo que representa el 69,5 % del total de 2021, que fueron 2.560 millones de dólares.

Economistas afirman que esta mejora en la recaudación se debe a una mayor actividad económica con respecto a 2021, la cual se puede revertir si más empresas se suman a la informalidad o reducen su actividad por la «voracidad fiscal».

Igual que Polesel, el presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), Luigi Pisella, aseguró a Efe que «muchas de las industrias, sobre todo la pequeña y la mediana, han emigrado a la informalidad al no poder con la carga tributaria».

Subrayó que el sector manufacturero está a favor «de contribuir con el fisco», y aboga por «una cultura» fiscal, de forma que se amplíe «la base tributaria, no aumentando las tasas de recaudación, que es lo que viene ocurriendo».

Puso como ejemplo que no es lo mismo que una persona cargue un saco de 100 kilos a que este peso se distribuya entre diez personas, quienes, entonces, cargarían sacos de 10 kilos cada uno.

 

Carlos Seijas Meneses EFE

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