San Félix.-Algunos dueños de embarcaciones se quejaron por el cobro de vacunas al que están sometidos para navegar por aguas del río Orinoco y Caroní.
Víctimas de extorsiones en dólares, temen identificarse. Ellos, aseguran que de dar a conocer sus nombres, corren el riesgo de no obtener los permisos necesarios para zarpar.
Según, el problema se acrecentó con las nuevas autoridades que llegaron a la Armada, quienes tienen como responsabilidad verificar la documentación; también con funcionarios del Comando Antidrogas de la Guardia Nacional que está en la Siderúrgica del Orinoco.
Piden una fuerte suma de dinero en dólares, cosa que para los dueños de las modestas embarcaciones no es un negocio, mucho menos es posible.
Tienen que mantener una tripulación y el mantenimiento de las naves es costoso.
Dicen que no se justifica desembolsar tanto dinero por cada viaje hasta la milla 44 y 0. Trasladan provisiones para marinos de las embarcaciones fondeadas en esta zona.
Los viajes que realizan, son de vez en cuando y momentos de conseguir un contrato, tienen que dejar las ganancias en manos de militares, Seniat y Aduana.
Explican que Antidrogas, supervisa la embarcación y se asegura que en la misma no llevan nada indebido, sin embargo, se niegan hacer la visita y entregar el permiso, hasta que se cancele la vacuna.
Un viaje dura cinco días con una tripulación hasta de ocho hombres. Los marinos consumen alimentos y el pago de su trabajo se hace en divisas, “no es justo que por un trabajo lícito que estamos prestando, tengamos que pagar sumas exorbitante a la gente que debe prestar este servicio de manera gratuita”, acotó uno de los marinos.
El personal de marinos, temen quedar sin empleo, motivado a que los propietarios de las embarcaciones están pensando en cerrar las puertas de estas empresas.
Bladimir Martínez Ladera
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