“En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: «Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.» Él le contestó: «No quiero.» Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: «Voy, señor.» Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?» Contestaron: «El primero.» Jesús les dijo: «Les aseguro que los publicanos y las prostitutas les llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a ustedes enseñándoles el camino de la justicia, y no le creyeron; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, ustedes no recapacitaron ni le creyeron.»

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela

La Iglesia Universal celebra hoy el Vigésimo Sexto Domingo del tiempo ordinario y recordamos la fiesta, entre otros santos, en honor a Santa Teresita del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, quien nació en Alenzón, Normandía; 2 de enero de 1873, y murió en Lisieux, Normandía el 30 de septiembre de 1897. Entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia. Fue declarada santa en 1925 y proclamada Doctora de la Iglesia en 1997 por Juan Pablo II.

En la liturgia del día meditamos los textos: Ez 18,25-28; Sal 24; Flp 2,1-11 y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Mateo, capítulo 20, desde el verso 1 al 16. En el que JESÚS se encuentra en el Templo de Jerusalén con los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, personajes que representan la máxima autoridad religiosa, política y económica de su sociedad. En ese encuentro JESÚS les propone la parábola del padre y sus dos hijos. Un hijo representa a Israel que dijo “si” al aceptar la Ley, pero no hizo la Voluntad de DIOS. El otro hijo representa a los pecadores, prostitutas y publicanos, que dijeron “no” al Plan de DIOS, pero se arrepienten, siguen el Camino de DIOS Testimoniado por Juan y aceptan al Mesías.

Se presenta así un gran dilema entre el testimonio y la autoridad, ya que las estructuras de la religión judía estaban basadas en el cumplimiento de la Ley. Los fariseos y doctores de la Ley, no han puesto en ejecución el verdadero sentido Misericordioso de la Ley. Anteponen primero a la Ley de manera literal, antes que al hombre, por lo que era una aplicación deshumanizante e injusta, y muy contraria al Plan de DIOS.

Es importante destacar que las sentencia sobre el Bautista, condensa aspectos relevantes de la Teología de Mateo y se relaciona con el Programa que JESÚS Testimonia ante Juan: “Conviene que cumplamos con todo los dispuesto en el Plan de DIOS” (Mt 3,15). Y es que Juan, en su calidad de Precursor del Mesías, ha seguido el Camino de DIOS, cumpliendo a cabalidad con su Misión. Así Mateo desde el presente enfoca el cumplimiento toda la historia del pasado de Israel y el futuro del nuevo pueblo de DIOS, con la Plenitud de JESÚS que da sentido a todo.

Al confrontarnos con el texto vemos que el Plan de DIOS no es la restauración de una monarquía, sino más bien la restauración de la humanidad, que está regida por la justicia, la solidaridad y la igualdad. Por lo que podemos inferir que los que entran al Reino de DIOS son aquellos que dicen “si” a la propuesta del Padre, “si” a la Propuesta del Reino de Justicia que nos hace JESÚS, es decir todos aquellos que se arrepienten, que reconocen que no han actuado de acuerdo a los designios de DIOS y retorna a Él.

Es un “si”, traducido en obras, sin embargo, tenemos que tener en cuenta lo que dice el refrán: “del dicho al hecho hay mucho trecho”. Ya que hay que tener claro, que la Conversión en el cristianismo, no es el de asumir una serie de prácticas rituales o de piedad, sino la de modelar la vida al estilo de JESÚS, que nos lleve al desprendimiento de los bienes materiales, a la solidaridad con nuestros semejantes y a vivir todos los días de nuestras vidas en una total oblación a nuestro Creador,

Por eso es que hoy es el día para preguntarme: ¿soy como el hijo que dijo “si” o como el hijo que dijo “no”? ¿Estoy descubriendo la voluntad de DIOS en aquellas personas que desean transformar la conciencia de los hombres para crear un mundo más justo? ¿Qué hechos concretos estoy haciendo yo, para que la Voluntad de DIOS sea llevada a la práctica en medio de esta realidad que nos agobia?

Señor JESÚS, regálanos el privilegio de estar entre los que se abren a Tu Amor, sin arrogancias, ni pretensiones, sino más bien, profundamente arrepentidos de nuestros pecados para adherirnos totalmente a Tu Plan Restaurador de la humanidad.

Amén

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