“En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las ciudades donde había hecho casi todos sus milagros, porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corazaín, ay de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que, en vosotras, hace tiempo que se habrían convertido, cubiertas de sayal y ceniza. Os digo que el día del juicio les será más llevadero a Tiro y a Sidón que a vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que, en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a ti”.

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela

La Iglesia Universal celebra hoy la fiesta entre otros santos en honor a San Federico, de Utrecht, Holanda, Obispo y Mártir, nació en esta misma ciudad a finales del siglo VIII. Elegido obispo el año 825, donde se dedicó a la tarea de llevar el cristianismo al norte del país que aún permanecía en el paganismo. Un día en que estaba celebrando una misa de acción de gracias tras una visita pastoral por toda la Diócesis, entraron en la iglesia dos asesinos que acabaron con él.  Esto ocurrió el 18 de Julio del 838

En la liturgia del día meditamos los textos: Ex 2,1-15; Sal 68 y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Mateo capítulo 11, del verso 20 al 24, En el que JESÚS, con tono de lamento menciona tres de las principales ciudades de Israel: Corazaín, Betsaida, y Cafarnaúm, donde Él había iniciado su predicación y donde ha hecho varios milagros, pero cuyos habitantes no han querido escuchar, ni entender, a pesar de que estas ciudades tenían escuelas superiores de interpretación de la Sagrada Escritura, pero no habían acogido el Evangelio. Por su parte Tiro y Sidón eran dos ciudades paganas, maldecidas por los profetas y, luego, arruinadas, a pesar de eso JESÚS, les augura un mejor porvenir al final de los tiempos.

Es claro que, JESÚS, anuncia una propuesta de vida para los habitantes de estas ciudades, pero la comunidad farisea, aferrada a la Ley y a las prácticas ritualistas del Templo, no quieren embarcarse en la Novedad del Evangelio, a pesar de ver los Signos prodigiosos que JESÚS, estaba realizando. Siguen equivocadamente convencidos que por el hecho de ser israelitas y cumplir estrictamente los preceptos religiosos, tienen la salvación asegurada. A pesar de su jactancia y prepotencia étnica y religiosa, JESÚS les dice que terminarán peor que los pueblos que ellos señalan como paganos y pecadores.

Por eso es que para los judíos que se habían convertido en cristianos, tales reproches son muy significativos, ya que le recordaba una misión estéril llevada a cabo en su antigua religión y la entendieron como un anuncio del rechazo que sufriría Israel al final de los tiempos e hicieron una relectura o hermenéutica, para entender mejor las referencias que sobre este tema hace el profeta Isaías, y la conexión con los “Ayes” del profeta Amós.

Al confrontarnos con el texto, entre otras interpelaciones, podemos decir que, para los cristianos de todos los tiempos, ésta perícopa representa una seria advertencia y un llamado urgente a una verdadera conversión o crecimiento de nuestra Fe, ya que a pesar de que el Señor nos habla con mucha claridad a través de su Palabra, de los acontecimientos de la vida diaria, seguimos incrédulos buscando más y desechando lo poco o lo mucho que se nos Revela en la Sagrada Escritura.

Por lo que nos cuesta muchísimo dar testimonio de nuestra Fe, en medio de una sociedad, donde reina el caos y la incertidumbre, y el actuar con avaricia, mentir, pisotear la dignidad del otro, con tal de lograr el fin, pareciera lo normal. Y es paradójico, porque a pesar de que todos nos quejamos por la terrible situación, poco hacemos para lograr revertirla y por el contrario nos hacemos cómplices con acción u omisión de esas desviaciones.

Por eso es que JESÚS nos hace esta advertencia en forma de lamento, porque a pesar de todos Sus esfuerzos, la gran mayoría de sus seguidores hacemos poco, para no sucumbir ante las desviaciones del mundo. De allí lo pertinente de la enseñanza que debe de generarnos un compromiso, de que, a pesar de todas las condiciones adversa debemos actuar distinto a la mayoría y aunque seamos minoría, logremos sentar la referencia de que si es posible la construcción de la “Civilización del AMOR”.

Señor JESÚS, Tú que nos has elegido y has hecho grandes obras en nuestras vidas, concédenos vivir dispuestos a la conversión por medio de Tu Palabra, y del compartir con nuestros semejantes y hacerla realidad con nuestro Testimonio de vida.

Amén

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