En medio de unas excavaciones realizadas en un yacimiento arqueológico de Puyang, China, que data de hace 2.500 años, encontraron una antigua ciudad China denominada «Gan», la cual alberga tumbas, escritos de un método de numeración chino en huesos y un extenso muro.
La ciudad oculta se hallaba dividida por un extenso muro, donde uno de los lados resguardaba 40 tumbas repletas de artículos funerarios, desde cerámica hasta espejos de bronce.
Sin embargo, los artefactos más llamativos eran 10 piezas de huesos pintados de cinabrio y pulidos, con escritos de un método de numeración chino antiguo llamados “Diez Tallos Celestiales” y las “Doce Ramas Terrenales”, los cuales eran implementados como instrumentos de adivinación.
Ciudad Gan
La ciudad china de «Gan» mostró su singularidad a partir del periodo de los Reinos Combatientes, hasta la Dinastía Han, al presentar una serie de reliquias para la adivinación de la fortuna en un yacimiento aparentemente común.
El espacio arqueológico conocido como la ciudad de Donggan, ha formado parte de un detallado estudio por parte de especialistas del Instituto Provincial de Patrimonio Cultural y Arqueología de Henan. Esta ciudad se encuentra dividida en dos secciones por una imponente muralla.
Huesos y adivinación
El arte de la adivinación ha tenido un significativo impacto en la formación de las costumbres culturales chinas, entrelazándose de manera íntima con la cosmovisión histórica de este pueblo.
En la China antigua, tanto la medida temporal como la cosmología se fundamentaban en las exigencias de una sociedad agrícola y en la perspectiva filosófica de aquel periodo.
El método consta de un ciclo de 10 tallos y 12 ramas que se fusionan para crear un ciclo de 60 años denominado ciclo sexagenario. Los “Diez Tallos Celestiales” se vinculan con los cinco elementos: fuego, tierra, metal, madera y agua, siendo representados en dos ocasiones.
Las “Doce Ramas Terrenales” representan los doce animales y direcciones del zodíaco. La combinación de estos elementos en el sistema astrológico chino se examinaba para brindar una mayor comprensión sobre el destino, la identidad, la vitalidad, las debilidades y los eventos venideros de un individuo.
A pesar de ser anteriormente empleado para la creación de calendarios, los expertos indican que su propósito era prever el futuro, atribuido a los sistemas numéricos grabados en los huesos. Es altamente probable que estos fragmentos óseos fueran utilizados en prácticas de adivinación, ceremonias y rituales.
Las piezas de hueso sin ornamentos «a menudo estaban hechas de huesos de animales como bueyes», resaltó el profesional en cultura popular china, Xiong Gang.
Durante la era en que la dinastía Han Occidental, que gobernó desde el 206 al 9 d.C., dominaba el escenario político en China, y se producían regularmente elementos de este tipo.
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