
El escritor venezolano Rodrigo Blanco Calderón siente que su país «la mayoría de las veces es un arma arrojadiza en la polaridad política que hay en España», y aplaudió la «gesta impresionante» que supuso que la oposición presentara un candidato y pudiera «demostrar el fraude y mostrar la falta de legitimidad del chavismo».
En una entrevista con EFE, Blanco Calderón (Caracas, 1981) lamentó que la derecha española use Venezuela como «herramienta» para atacar al Gobierno de Pedro Sánchez, mientras el presidente español y su partido (PSOE) «se abstienen de ser más firmes en la denuncia de la dictadura para no hacerle el juego» a la oposición.
El escrito venezolano, considerado una de las voces más importantes de la nueva generación de narradores latinoamericanos, está en plena gira de presentación de su último libro, ‘Venecos’ (Páginas de Espuma), trece cuentos que tienen como hilo conductor los venezolanos en el exilio y la emigración masiva de su país.
El mismo decidió abandonar Venezuela la noche de 2013 en que se conocieron los resultados entre Nicolás Maduro y Henrique Capriles, una elección que para el escritor fue «un fraude» a pesar de que «no se ha podido demostrar». Entonces, la respuesta de Capriles fue «tan cobarde, tan complaciente y tan cómplice que pensé que con esa oposición nada iba a cambiar».
Si bien no se siente «un perseguido político» ni considera que fuera «expulsado» de su país, Blanco Calderón aseguró que «cuando uno analiza las circunstancias provocadas por ese gobierno que hace que ocho millones de venezolanos nos sintamos expulsados, es una situación que fluctúa. Cuando estuve un año sin pasaporte por la negligencia del gobierno sí me sentí exiliado».
Preguntado por su experiencia de vivir en España, aseguró que le «divierten» algunos de los tópicos sobre sus connacionales, si bien hay uno que le resulta «particularmente antipático y que repiten los propios venezolanos».
«Dicen que es un país tan rico y es falso. La riqueza de Venezuela fue siempre potencial de sus recursos, y en los momentos en los que se manejó bien fue así, pero la riqueza se mide también en términos culturales, educacionales y de manejo de esos recursos minerales con que cuenta el país», dijo.
‘Veneco’, un término peyorativo
El título de su nuevo libro, ‘Venecos’, alude al término con el que son denominados los venezolanos en otros países, a veces de forma peyorativa, una palabra que escuchó por primera vez en Colombia y que, si bien al principio le pareció «simpático, con el paso de los años, con la emigración masiva, empezó a utilizarse despectivamente».
«Me inscribo ahora en un proceso de reapropiación de la palabra en el que están participando muchos venezolanos, tanto gente común y corriente como artistas y escritores», apuntó.
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