Bogotá.- El Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía colombiana, responsable de la muerte del joven Dilan Cruz por un proyectil disparado en una protesta pacífica en Bogotá, es la fuerza más temida del Gobierno para disolver manifestaciones.
La muerte del chico de 18 años conmocionó al país y lo convirtió en símbolo de la resistencia que pregonan los jóvenes después de permanecer tres días en el Hospital San Ignacio de Bogotá tras ser herido en la cabeza por una bolsa de perdigones de plomo por el Esmad.
Desde el jueves pasado, los colombianos se manifiestan en las calles porque consideran que el Gobierno del presidente Iván Duque preparan un «paquetazo» de reformas que causarán fuerte impacto económico y social en los trabajadores.
Tras lo ocurrido con Dilan, los convocantes de las manifestaciones agregaron a sus demandas el desmonte del Esmad.
«Hemos establecido la etiqueta ‘Duque pida perdón por el asesinato de Dilan Cruz’, realmente la responsabilidad es del Estado frente a esta situación. Dilan estaba junto a millones de colombianos pidiendo la solución a los problemas planteados en el ‘paquetazo'», afirmó a Efe Elías Fonseca, miembro de el comité ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
Actualmente cursan 20 investigaciones disciplinarias contra miembros del Esmad y otros 14 están en la justicia penal militar por denuncias en las que se acusa a la Policía de sobrepasar los límites de la institución.
ASÍ ES EL ESMAD
Este cuerpo de élite, que también está en otros países con nombres diferentes pero cumple las mismas tareas, fue creado en Colombia el 14 de abril de 1999 con el objetivo de apoyar a la misma Policía cuando situaciones específicas de orden público desbordaran sus capacidades.
Actualmente está conformado por 3.785 miembros distribuidos a lo largo y ancho del país que se rotan según las necesidades, explicó a Efe la Policía.
De los 32 departamentos que conforman al país, el Esmad está presente en 18 de ellos. Además está en las policías metropolitanas de Bogotá; Cúcuta, principal paso fronterizo de Colombia con Venezuela, y la región del Valle del Aburrá, de la que hace parte Medellín.
Para sus operaciones antidisturbios el Esmad tiene 48 tanquetas que lanzan agua y otras 60 en las que transporta a sus efectivos, quienes llegan a engrosar este cuerpo de élite luego de superar estrictos controles físicos y sicológicos que se complementan con un curso de entrenamiento de 70 días.
Cuando no están en operaciones de control antidisturbios los miembros del Esmad son asignados a otras labores en la institución y se capacitan en diferentes áreas, entre ellas derechos humanos.
FORTALECERLO
En contravía de lo que claman quienes convocaron a las protestas, el Gobierno defiende las actuaciones del Esmad para controlar a los violentos en las movilizaciones que iniciaron el pasado jueves 21 de noviembre y asegura que lo que procede es «fortalecerlo».
«Las calles no son de unos pocos que quieren destruir, las calles son de la inmensa mayoría que desea construir. Si tenemos que salir a la calle a defender la democracia, pues salgamos a la calle», dijo esta semana el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.
Asimismo negó las acusaciones sobre el supuesto uso de armas no convencionales por parte del Esmad, que violarían el Derecho Internacional Humanitario.
«Aquí no se está actuando con armas no convencionales como mentirosamente dicen muchos, sino que todas están avaladas por la ONU», dijo.
LAS ARMAS
El general Óscar Atehortúa, director de la Policía, ha sido enfático en que todas las armas del Esmad son legales y al igual que otros elementos como municiones son fabricadas por empresas debidamente certificadas y bajo estrictos protocolos.
Entre las armas que utiliza el Esmad en sus operaciones están fusiles lanza gases y escopetas calibre 12, con la que dispararon a Dilan.
También hay cartuchos y granadas de humo, de aturdimiento y de múltiple impacto.
«El personal uniformado de la Policía Nacional al hacer uso de la fuerza, armas, municiones, elementos, dispositivos menos letales y armas de fuego, debe hacerlo de manera moderada y actuar en proporción a la gravedad de la amenaza y el objetivo», explicó la Policía.
POLÉMICA
La directora del Instituto de Medicina Legal, Claudia García, dijo este jueves que Cruz murió por el disparo de una escopeta calibre 12 cuya munición era una bolsa con «múltiples perdigones de plomo».
El informe forense divulgado este jueves consideró el caso como «homicidio» violento y Cruz se convirtió así en la primera víctima mortal de la violencia policial en las protestas pacíficas contra el Gobierno colombiano.
Según Edwin Dussán, integrante del Esmad y experto en armas «menos letales», el cartucho que puede disparar la escopeta calibre 12 tiene características especiales.
«Este saco balístico tiene un peso de 40,2 gramos y está hecho del material con el que se hacen los chalecos antibalas. Está fabricado con hilos en aramida (fibra sintética), que son los que resisten los impactos de bala», dijo.
Detalló que dentro de ese tejido hay entre 600 y 700 esferas de plomo, pero que «son muy livianas» y que «el propósito de este elemento es generar una obediencia en el uso legal de la fuerza, hacer una disuasión al infractor de la ley».
Sin embargo, la muerte de Cruz intensificó las críticas contra el Esmad y opositores al Gobierno, como el senador Jorge Robledo del partido de izquierdas Polo Democrático Alternativo (PDA), criticaron que esa fuerza utilice un proyectil letal.
«Al empacar los pequeños perdigones en un plástico resistente, su capacidad de hacer daño cambia porque se convierte en un solo y pesado proyectil como el que mató a Dilan, lo que no puede hacer un perdigón. Esa munición puede matar y debe prohibirse para el Esmad», advirtió Robledo.
Ovidio Castro Medina EFE
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