Ares del Maestrat, España. Jesús Herrada (Cofidis) logró aliviar la frustración de su hermano José por no haber podido rematar la fuga de la víspera en Javalambre merced a una victoria en solitario en la sexta etapa de la Vuelta, entre Mora de Rubielos y Ares del Maestrat, de 198,9 kilómetros, en la que superó en los últimos metros al belga Dylan Teuns (Bahrain), nuevo maillot rojo.
El pelotón se durmió, los favoritos se dieron tregua y los escapados del día se jugaron la etapa. Lo que lloró de rabia José en Javalambre lo lloró de alegría Jesús en Ares del Maestrat. Todo quedó en familia. El menor de los Herrada, de 29 años, vengó al hermano con su primer éxito en la Vuelta. Llevó dos días el maillot en 2018, pero «ganar una etapa es más importante».
«Tenía marcada la etapa desde antes de venir y conocía el final. Teníamos rabia por lo que le sucedió a mi hermano, por lo tanto es especial y se la dedico a él. Ayer tuvimos pena, hoy el ambiente será diferente, la victoria también es suya», dijo emocionado Jesús Herrada.
El español y Teuns se quedaron frente a frente en la última parte del ascenso final. El de Mota del Cuervo (Cuenca) aceleró a 300 metros de meta y entró solo con un tiempo de 4h.43.55, 7 segundos antes que Teuns, quien no se llevó la etapa, pero se vistió de rojo.
Premio para los dos más fuertes de la fuga. Dylan Teuns cantó victoria en la quinta etapa del Tour, nada menos que en la Planche des Belles Filles, y aquel día se puso líder el italiano Giulio Ciccone. Esta vez sucedió al contrario. Perdió la etapa y se puso el jersey de líder.
Entre los 11 fugados del día se metió David de la Cruz (Ineos), el mejor clasificado de todos a 4.35 del líder, quien optaba al liderato junto a Teuns, pero al español le fallaron las fuerzas en el momento clave y le dejó el pastel al belga. En la general quedó segundo a 7 segundos del nuevo líder.
Mientras se repartían emociones en meta, entre los favoritos reinaba la calma. El Astana permitió la pérdida del maillot rojo de López y el resto de equipos sacaron la bandera blanca. Solo al final se animó a acelerar la perla eslovena del Emirates Tadej Pogacar. Todo para cruzar la línea a 5.41, y a dos pedaladas los candidatos de la general.
En la clasificación real las diferencias se mantuvieron. López, ahora tercero a un minuto de Teuns, aventaja en 14 segundos a Roglic y en 23 a Nairo Quintana.
ESCAPADA DE MUCHO NIVEL
Mora de Rubielos, localidad turolense enclavada Sierra de Gúdar, impulsó una de esas etapas llamadas ‘rompepiernas’, con puertos encadenados y subidas y bajadas constantes que desembocaban en una meta elevada con aliciente. Costó la formación de la fuga, pero se construyó con 11 corredores en el km 36 con nombres importantes.
En principio lo intentó un grupo con Poels, pero el ciclista holandés del Ineos no tuvo permiso, y tras puntuar en el Puerto de Nogueruelas (2ª) y el de Linares (3ª) pasó al grupo, donde el Astana aún no había puesto luz verde para aventuras.
Sí la otorgó el equipo de «Supermán» López para la expedición de 11 hombres, donde amenazaba David de la Cruz a 4.35 del líder. En el grupo estaban, entre otros, Teuns, Jesús Herrada, Nelson Oliveira y Van Garderen.
El pelotón levantó el pie y permitió que la renta fuese aumentando. En plena persecución hubo una montonera en el kms 105 provocada por el experimentado tetracampeón mundial contrarreloj Tony Martín.
Su maniobra provocó un desastre, pues abandonaron la Vuelta dos hombres del ‘top ten’, el exlíder irlandés Nicolas Roche y el colombiano Rigoberto Urán, quinto y sexto de la general. Además se marcharon a casa Víctor de la Parte y el británico Hugh Carthy, otro hombre del Education First.
En el Puerto de Culla (3ª), a 35 de meta, movió ficha el etíope Tsgabu Grmay (Mitchelton), a quien se unió el portugués del Movistar, pero no lograron el despegue definitivo,
HERRADA ETAPA, MAILLOT ROJO TEUNS
Restaba el ascenso a Ares del Maestrat, aliciente estelar de la jornada. Subida tendida de 7 kilómetros al 5 por ciento hacia la meta de la localidad castellonense presidida por los restos del antiguo castillo con murallas árabes que fue la primera plaza del Reino de Valencia que conquistó Jaime I.
A 4 kilómetros de la cima atacó Dylan Teuns y Herrada se soldó a su rueda. El belga solo tenía que aguantar para acabar de rojo, ya que por detrás Astana marchaba encantado de perder la roja. El duelo tenía premio doble. Nadie iba a perder. Herrada tenía en mente lograr su sueño de alzar los brazos en la Vuelta y aliviar la pena de José. Y Teuns subir al podio a ponerse la roja.
Todos contentos. Incluso el Astana, que cede la responsabilidad de tener que defender el liderato. Y en las filas del Movistar, mientras, Valverde aclaraba que en su equipo «hay cero problemas de liderazgo con Nairo Quintana». También felices.
EFE
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