Caracas. La temporada 2019-2020 de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) comienza este martes con un calendario reducido y bajo la sombra del veto de las Grandes Ligas de Estados Unidos que impide a los peloteros profesionales participar en este campeonato.
Los Cardenales de Lara, campeones de la anterior edición, se enfrentarán a las Águilas del Zulia en Barquisimeto (Lara, oeste), mientras que el resto de los partidos enfrentarán a Bravos de Margarita y Navegantes del Magallanes, Tigres de Aragua y Leones del Caracas y, finalmente, Tiburones de La Guaira y Caribes de Anzoátegui.
En la temporada 75 del llamado «pasatiempo nacional» las novenas jugarán un calendario recortado y en vez de los 63 partidos que cada equipo debía disputar en años anteriores, en esta oportunidad solo tendrán 42 juegos en la ronda regular.
La reducción de la temporada fue implementada por la LVBP luego de que a mediados de agosto las Grandes Ligas anunciaron la prohibición de que los peloteros profesionales de las ligas mayores y menores jueguen en la liga de invierno venezolana, una medida que afecta a los jugadores venezolanos y de cualquier nacionalidad.
El veto se produjo tras las sanciones que el presidente Donald Trump impuso a los activos estatales venezolanos en Estados Unidos, unas medidas que afectan a quienes mantengan negocios con entes públicos de la Administración de Nicolás Maduro.
«Esto es inédito, en la historia de la liga de béisbol profesional nunca ha existido un veto de parte de las Grandes Ligas (MLB, por sus siglas en inglés)», indicó a Efe el historiador y escritor Javier González.
SIN PATROCINIO ESTATAL
Una de las razones que se alegó para el veto de la MLB fue la presencia de entes públicos venezolanos como patrocinadores del béisbol, tras lo cual los equipos rescindieron los contratos de publicidad y negocian con la MLB la reversión del veto.
En nota de prensa, el presidente de la Junta Directiva de la LVBP, Giuseppe Palmisano, destacó que han conseguido «montar un torneo de calidad, que no defraudará a los seguidores de los diferentes equipos», luego de «las dificultades que surgieron este año» tras la decisión de MLB de suspender su relación con la LVBP.
«Creo que se va a solucionar, no ahorita pero sí se va a solucionar, mientras eso llega los propietarios están tratando por todos los medios sacar a flote una temporada de béisbol que muchos llaman chucuta (corta) porque es de apenas 42 juegos», dijo González.
La ausencia de peloteros pertenecientes al sistema de la MLB ha abierto las puertas a la contratación de jugadores de torneos independientes o que actualmente no estén ligados a equipos del béisbol estadounidense, como el dominicano Denis Phipps y el mexicano Jesse Castillo, entre otros.
EFECTOS DE LA CRISIS
El béisbol profesional venezolano se enfrenta al reto de atraer al público en un país donde la hiperinflación ha mermado los ingresos de las familias y con una precariedad de los servicios públicos como lo demuestran los constantes apagones eléctricos y las dificultades del suministro de agua potable.
González advierte que el béisbol «no podía escapar» a la situación del país y reconoció que los responsables de la Liga y los propietarios de los equipos «están haciendo un esfuerzo realmente importante» para «mantener vivo el negocio», pues «si tú cierras un negocio, volverlo a abrir es un verdadero problema».
El historiador refiere que la pelota profesional ha atravesado por varias crisis en 75 temporadas, de hecho en los años 50 se vivió la desaparición de varias divisas por razones económicas, pero acota que es «la primera vez en la historia que se le presenta una visión tan complicada del negocio a los dueños de los equipos».
El referente más cercano de una temporada recortada se remonta al campeonato 2002-2003, en esa ocasión los equipos apenas jugaron 40 partidos y la temporada regular se suspendió en diciembre de 2002 a raíz del paro nacional convocado por la sociedad civil, los partidos políticos y las empresas privadas.
EFE
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