Las estrellas enanas marrones pueden nacer en parejas, formando un sistema binario, pero la gravedad que las une es tan débil que, en unos cientos de años, ese vínculo se rompe como resultado de la atracción de otras estrellas que las rodean, por lo que acaban sus días solas.
Un estudio realizado con observaciones del telescopio espacial Hubble ha descubierto que cuanto más vieja es una enana marrón menos probable es que tenga una compañera.
Las enanas marrones son objetos interestelares mayores que Júpiter pero menores que las estrellas de menor masa, aunque al igual que estas colapsan a partir de una nube de gas y polvo, pero no tienen masa suficiente para mantener la fusión de hidrógeno como una estrella normal.
Los astrónomos que realizaron el estudio, encabezados por la Universidad de Montreal (Canadá), no encontraron ninguna pareja binaria en una muestra de enanas marrones de la vecindad solar.
Hubble ya había observado anteriormente enanas marrones extremadamente jóvenes y algunas tenían compañeras binarias, lo que confirma que los mecanismos de formación estelar producen parejas entre estrellas de ese tipo y baja masa.
Hubble
La ausencia de compañeras binarias en las enanas marrones más viejas sugiere que algunas pueden haber comenzado como binarias, pero se separaron con el tiempo.
Los nuevos hallazgos del Hubble apoyan aún más la teoría de que las enanas marrones nacen del mismo modo que las estrellas, mediante el colapso gravitatorio de una nube de hidrógeno molecular, pero no tienen masa suficiente que mantenga la fusión nuclear del hidrógeno para generar energía.
El estudio ofrece “pruebas directas de que estas estrellas binarias que observamos cuando son jóvenes tienen pocas probabilidades de sobrevivir a edades avanzadas, es probable que se desintegren”, dijo Clémence Fontanive, de la Universidad de Montreal y firmante principal del estudio.
Cuando son jóvenes, forman parte de una nube molecular y, a medida que envejecen, la nube se dispersa. En ese momento las estrellas pasan unas junto a otras y “como las enanas marrones son tan ligeras, la fuerza gravitatoria que une a las parejas binarias es muy débil, y las estrellas que se cruzan pueden desintegrarlas fácilmente», explicó.
El equipo seleccionó una muestra de las enanas marrones más frías y de menor masa de la vecindad solar, previamente identificadas por el Wide-Field Infrared Survey Explorer de la NASA.
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