España.- Un grupo de investigadores del Hospital del Mar de Barcelona (España) ha estudiado las mamografías de 629.000 mujeres de España para ver qué tipos de tumores benignos de mama tienen más probabilidad de convertirse en cancerígenos.
Los científicos saben que los tumores benignos de mama (BBD en sus siglas en inglés), que son trastornos no cancerígenos de las mamas, como los bultos, aumentan las probabilidades de que las pacientes desarrollen cáncer de mama.
Ahora, un equipo de investigadores del citado centro ha visto que el modo en que los BBD son detectados en un programa de cribado nacional es un indicador de cuáles se volverán con más probabilidad cancerígenos.
Los hallazgos son fruto de un equipo dirigido por el profesor Xavier Castells, director del Departamento de Epidemiología del Instituto de Investigación Médica del Hospital del Mar de Barcelona, y se presentan este sábado, día 3, en el 12 Congreso Europeo de Cáncer de Mama que se celebra este año de forma virtual debido a la pandemia.
La doctora Marta Román, investigadora del Departamento de Epidemiología del Instituto de Investigación Médica del Hospital del Mar, ha asegurado en rueda de prensa que sus resultados «muestran que las mujeres diagnosticadas con un tumor benigno a partir de la segunda visita de revisión presentan un riesgo significativamente superior de desarrollar cáncer de mama que aquellas con un BBD diagnosticado en el primer cribado».
Los investigadores han analizado los datos de 629.087 mujeres a las que se realizaron 2.327.384 mamografías entre 1995 y 2015, y las siguieron hasta el año 2017.
Según sus conclusiones, las mujeres diagnosticadas con BBD incidental tenían 2,67 veces más posibilidades de desarrollar cáncer de mama que las mujeres sin BBD, mientras que las mujeres con BBD prevalentes tenían 1,87 veces más riesgo de lo mismo.
La detección de BBD la primera vez que una mujer pasa por un programa de cribado de la mama (normalmente a los 50 años en España y en otros muchos países europeos con este tipo de programas de detección) se clasifica como BBD «prevalentes», mientras que aquellos detectados en las visitas sucesivas, que en España son cada dos años, se clasifican como BBD «incidentes».
Además, los investigadores clasificaron las BBD como no-proliferativas o proliferativas, dependiendo de si determinadas células del tejido mamario crecían o no, como las células ductales que aparecen en la hiperplasia ductal (crecimiento excesivo de las células que recubren las glándulas mamarias).
Román ha precisado que se ha visto que las mujeres con BBD proliferativas presentaban una probabilidad 3,28 veces mayor de desarrollar cáncer de mama que las mujeres sin BBD, mientras que las mujeres con BBD no proliferativas presentaban un riesgo 1,96 veces mayor.
«Hemos encontrado el mayor riesgo de cáncer de mama en las mujeres con BBD incidentes y proliferativas. Tenían casi cuatro veces más riesgo de desarrollar cáncer de mama que las mujeres sin BBD», ha recalcado.
«La probabilidad de que una mujer pueda beneficiarse de una mamografía de cribado depende de su riesgo de desarrollar un cáncer de mama clínicamente significativo a lo largo de su vida», ha afirmado la doctora Román.
Por ello, «tener en consideración los factores individuales de riesgo más allá del de la edad debería permitir que se clasifique a las mujeres en grupos en función de los diferentes riesgos de desarrollar cáncer de mama. Recomendar que haya programas de cribado personalizados que tengan en cuenta este riesgo y que trasciendan los actuales «iguales para todas» podría aumentar la eficacia de estas estrategias», ha argumentado.
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