Evangelio

En aquel tiempo, dijo Jesús: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.  Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas.

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a esas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.

Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.

Reflexión del Evangelio

La Iglesia Universal celebra en este Cuarto Domingo de Pascua, el Domingo del Buen Pastor o fiesta litúrgica de Jesús, el Buen Pastor. En 1963, el Papa Pablo VI designó la fiesta del Buen Pastor como la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones.

Felicitaciones a toda la feligresía de la Parroquia Buen Pastor, de nuestra Diócesis, al Seminario Interdiocesano Buen Pastor de Ciudad Bolívar y por supuesto a todos nuestros Seminaristas. ¡Que el Buen Pastor nos lleve a Su Redil!

En la liturgia meditamos los textos: Hch 4,8-12: Sal 117; 1Jn 3,1-2; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Juan capítulo 10, del verso 11 al verso 18, presenta un relato que se enmarca dentro de lo que los expertos han calificado como los discursos de la despedida, cuyo género le da una cualidad sui generis dentro de los Evangelios, aunque nos es exclusivo, ya que podemos encontrar unos discursos parecidos en Antiguo Testamento, tales como: las bendiciones de Jacob (Gen 49,1-28); el último mensaje de Moisés a su pueblo (Dt 31-34) o la despedida de Matatías a sus hijos (1Mac 2,49-70).

En el texto de hoy JESÚS da un nuevo paso. Antes de presentarse a sí mismo como «Buen Pastor», Él hace notar a su rebaño que el redil tiene una puerta y que solo quien es capaz de descubrirla y de pasar por ella tiene acceso a la Vida, ya como oveja, ya como pastor.

Dicha Puerta es Él mismo ofrecido de una vez para siempre por sus hermanos. No se puede entrar a la casa del Padre si no es por el umbral del Hijo; no se puede salir a los pastos de DIOS si no es por la Divina humanidad de Cristo.

Entrar y salir sin temor a perdernos

Al confrontarnos con el texto y ver esta imagen con las que se nos presenta nuestro Señor, de ser la Puerta de acogida y libertad en la que nosotros que somos sus ovejas podemos entrar y salir sin temor a perdernos porque allí está el Pastor cuidándonos.

Y es que, la Voz del Pastor, inconfundible y Su Amor es un Amor personalizado, ya que llama a cada oveja por su nombre y ellas se identifican con Él. Esto indudablemente nos llena el corazón de gozo, al sentirnos amados de esta manera tan personal y cercana. Ese es el Pastor de nuestras vidas, Él es JESÚS, cercano, y sensible al contacto humano.

Sin dudas alguna, una imagen hermosa y retadora, que seguramente siempre lo fue, pero en un mundo tan plural como el nuestro suena incluso escandalosa. Por eso es que, Él mismo se da como el Eterno Presente para todos los que quieren encontrarse con DIOS o darlo a conocer.

Y al cruzar el umbral de esa Puerta, nos espera un Amigo que nos mira con ojos de ternura y se compadece de cada uno de nuestros problemas y ante los desvíos del Camino Él mismo sale a nuestro encuentro, para que volvamos a Él.

Porque una cosa es bien clara: nadie que haya conocido la Puerta puede obviar la invitación a atravesarla, nadie que haya escuchado al Pastor puede sustraerse a su Palabra.

¿Existe un solo camino?

De allí que hoy sea el día para preguntarnos: ¿Es posible sostener, hoy como ayer, que existe solo un Camino, una Verdad, una Vida? ¿Qué significa para nuestra Fe, que Solo Cristo sea la Puerta de la Vida abundante? ¿Será que este tiempo de tantas amenazas, sea el tiempo propicio para pensar en un reencuentro definitivo con Nuestro Creador a través de la Puerta que es Cristo JESÚS?

Señor JESÚS, Tú Eres el Buen Pastor, la Puerta de la esperanza y del futuro de la Vida. Ayúdanos a entrar por la Puerta de Tu redil, para ser ciudadanos auténticos, y con Tu Protección y Fuerza podamos enfrentar a todos los salteadores e impostores, que amenazan la vida de Tus ovejas.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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