En aquel tiempo, los discípulos le dijeron: «Ahora sí que hablas con claridad, sin usar parábolas. Ahora vemos que lo sabes todo y no hay por qué hacerte preguntas. Ahora creemos que saliste de Dios.»
Jesús les respondió: «¿Ustedes dicen que creen? Está llegando la hora, y ya ha llegado, en que se dispersarán cada uno por su lado y me dejarán solo. Aunque no estoy solo, pues el Padre está conmigo. Les he hablado de estas cosas para que tengan paz en mí.
Ustedes encontrarán la persecución en el mundo. Pero, ánimo, yo he vencido al mundo.
Reflexión del Evangelio
La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Justino, mártir del siglo segundo y gran apologeta, defensor de la fe cristiana.
Nació en Flavia, Neápolis, Samaria. Con sus escritos nos dejó una excelente síntesis doctrinal, entre sus obras se destacan: «Dos Apologías» y «Diálogo con el judío Trifón».
Donde se puede encontrar muchas informaciones sobre los ritos y la forma de administrar los sacramentos en la Iglesia primitiva.
Liturgia del Día
En la liturgia diaria meditamos los textos de: Hch 19,1-8; Sal 67; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Juan capítulo 16, del verso 29 al 33. En el que se continúa con el discurso de despedida de JESÚS.
Allí los discípulos demuestran una sobredimensión del conocimiento de JESÚS y de Su Misión, diciéndole al Maestro que ya lo han entendido todo. Es que las palabras de los discípulos: «Ahora sí que hablas claro» (Jn 16,29), ponen en evidencia una situación un poco extraña de no reconocerse como discípulos que deben seguir aprendiendo.
Por eso es que frente a esta actitud de los discípulos de creer que habían entendido el mensaje del Maestro, Este les echa «un balde de agua fría”, y los devuelve nuevamente a su realidad. Ya que, aunque algunas cosas comenzaban a aclarárseles, en realidad todavía no lo conocían y mucho menos lo entendían porque el conocimiento que tenían de Él era muy imperfecto, lo que se comprobará cuando se dispersen y lo dejen solo.
Es que una Fe con estas limitaciones fácilmente se acomoda o se atemoriza, ante las exigencias o desafíos de la Misión. De allí que, JESÚS les reitera: «Les he hablado de esto, para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán luchas; pero tengan valor: yo he vencido al mundo» (Jn 16,33).
Amor y Misericordia
Esta promesa de AMOR y Misericordia, no indica que sus seguidores nunca más van a sufrir, sino que, por el AMOR del PADRE, serán capaces de vivir las tribulaciones en paz, en serenidad, con buen ánimo, porque ya Cristo ha vencido a la muerte y esa victoria que es eterna, se la endosa a sus seguidores.
JESÚS es consciente de las dificultades que se presentarán, por lo que expresa nuevamente su confianza en el PADRE y en el respaldo incondicional de Este a su Obra. Con esta confianza entrará en «Su Hora», con la certeza de que no lo abandonará, porque el PADRE sí lo conoce y no lo dejará Solo.
Por eso es que hay que tener claro que, todo conocimiento difuso o imperfecto del Maestro será siempre un débil fundamento que, en cualquier momento, sobre todo en la adversidad puede ser motivo para el abandono y para el desencanto.
Al confrontarnos con el texto y ver que al igual que los primeros discípulos, también nosotros discípulos de estos tiempos creemos saberlo todo y estar muy preparados en el conocimiento de Cristo y de sus Buenas Nuevas del Reino.
Pareciera que nuestra autosuficiencia no nos permite aterrizar en la evidente realidad que somos seres limitados y por ende tener una Fe imperfecta y limitada. Por lo que muchas veces nos olvidamos que sin la Fuerza y la Asistencia del Espíritu Santo, no podremos nunca encontrar la Verdad que DIOS nos quiere Revelar.
Vida terrena
Por eso es que JESÚS en los momentos más críticos de Su Vida terrena les da estas Palabras de Esperanza a Sus primeros discípulos, que son extensivas a sus seguidores de todos los tiempos, para que no nos creamos autosuficientes en los momentos de Paz y de tranquilidad, y tampoco dejemos de creer en Él, en los momentos de crisis o de aflicción que frecuentemente tenemos que afrontar.
Precisamente en los momentos críticos, cuando tenemos que demostrar nuestra Fe en JESÚS, «porque ¿Si Él está con nosotros quien podrá contra nosotros?» (Rom 8,31).
Por lo que debemos de tener claro que, JESÚS nos habla con claridad porque quiere que todos podamos participar de la Salvación que Él nos ofrece, pero dejándonos guiar por Él.
Por eso es que, hoy es el día para preguntarnos: ¿Estoy consciente que un conocimiento falso del Señor, condiciona y pone en riesgo mi seguimiento a Él? ¿Estoy claro que la mejor manera de conocer a JESÚS, es teniendo un acercamiento permanente y correcto con Su PALABRA presente en la Sagrada Escritura?
Señor JESÚS, ayúdanos a comprender que a pesar de las tribulaciones y dificultades que se presentaron en Tu vida terrena, Tú las venciste y nos distes como legado el AMOR del PADRE en el cual podemos siempre confiar para hacerle frente a nuestras dificultades.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
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