Evangelio del Día. Juan 21,15-19

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 “En aquel tiempo, habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»  Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»  Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»  Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»  Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»  Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»  Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»  Se entristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»  Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»  Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»

  Reflexión: Por el Servicio de Animación Bíblica de la Diócesis de Ciudad Guayana. Responsable: Luis Perdomo.

 La Iglesia universal celebra la fiesta, entre otros santos, en honor a San Cristóbal Magallanes, quien fue un sacerdote y mártir mexicano, durante la Guerra Cristera de 1927. Nació en Totatiche, Jalisco, 30 de julio de 1869 y murió el 25 de mayo de 1927. El Padre Cristóbal antes de ser fusilado dijo: «soy y muero inocente; perdono de corazón a los autores de mi muerte y pido a Dios que mi sangre sirva para la paz de los mexicanos desunidos». Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992 y canonizado por el Papa Juan Pablo II el 21 de mayo del 2000.

Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO según San Juan, capítulo 21, verso 15 al verso 19. En el que se narra un diálogo entre JESÚS y Su discípulo Pedro, la conversación transcurre ante la presencia de los otros miembros del Colegio Apostólico, que han participado de la pesca milagrosa, lo han reconocido como el Señor Resucitado y han compartido con Él unos panes y unos pescados que el Propio JESÚS, les ha preparado para que coman. 

  En el diálogo que sigue, por tres veces JESÚS pregunta a Pedro: “¿Pedro, me amas más que estos?”, él le responde: “Si, Señor, tú sabes que te amo”. Cada vez, que Pedro responde afirmativamente, JESÚS le dice: “Apacienta mis ovejas”. Esta triple confirmación del Amor de Pedro a JESÚS viene a rescatar la triple negación de Pedro, cuando tomaron preso a JESÚS. Así rescatado, Pedro es instituido por JESÚS como pastor de sus ovejas y es invitado a seguirlo. Por lo que es confirmada, su autoridad en la guía y en el cuidado de las ovejas, y se le anuncia de manera misteriosa la Configuración con el martirio de Su Señor.

 Recordemos que la tradición presenta varios momentos de vacilación de Pedro. Sin embargo, su temperamento impetuoso y su humildad, lo llevaron a una firmeza de Fe y fidelidad en el seguimiento de JESÚS hasta el martirio. Y es que, en Pedro estamos identificados los discípulos de JESÚS, de todos los tiempos, que, en distintos momentos de la historia, somos llamados a continuar Su Obra y a Testimoniar Su AMOR al mundo.

 Al confrontarnos con el texto, vemos como el seguimiento al Señor está sujeto a un proceso de crecimiento progresivo en la adhesión a Él, por el AMOR que constituye el remedio para aquellas situaciones que, como la negación de Pedro abren heridas en la relación del discípulo con el Maestro, y que amerita ser sanada y redimida. Ya que, solo el AMOR de JESÚS, tiene el poder de restituir las relaciones rotas por los miedos, los egoísmos y las indiferencias de cada uno de sus discípulos.

  Y es que, la auténtica permanencia en el AMOR del Señor, nos libera para su seguimiento y nos compromete en el servicio a nuestros semejantes. Teniendo claro que esta Gracia o dosis de AMOR, se nos da por iniciativa del Señor, no porque la merezcamos. Por eso es que hoy es el día, para repetirle a JESÚS, todas las veces posible que lo queremos. Él lo sabe, pero nos hace bien decírselo en el rostro de cada uno de nuestros semejantes. Y dejar que nos perdone de nuestros miedos, traiciones, y dudas. Porque si Pedro, que fue un ser humano, como nosotros, fue capaz de seguir adelante. También nosotros con la Gracia de Su AMOR, lograremos vencer los obstáculos y las dificultades que amenazan nuestro compromiso de vida cristiana.

Señor JESÚS, ayúdanos a entender que seguirte a Ti, significa renunciar a nuestras comodidades y entregarnos con fidelidad a la voluntad del PADRE, en el servicio humilde a los más necesitados y en la denuncia de todo acto de injusticia que amenacen la vida y atenten contra el Plan de Felicidad que Tú Tienes para la humanidad. Amén.

Luis Perdomo

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