En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz.
El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Reflexión del Evangelio
La Iglesia universal celebra la fiesta, entre otros santos, en honor a San José Obrero, esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Nuestro Señor Jesucristo.
En honor a él, en nuestro país Venezuela, se celebra la fiesta del día del trabajador, por lo que felicitamos a todos los trabajadores en su día, felicitación que hacemos extensivas a la feligresía de la Parroquia San José Obrero del Pao, de nuestra Diócesis por estar celebrando la fiesta de su Santo Patrón.
Liturgia del Día
En la liturgia de la Misa Vespertina meditamos los textos: Hch 5,27-33; Sal 33: y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, según San Juan capítulo 3, del verso 31 al 36. Donde se continúa con el diálogo entre JESÚS y Nicodemo, que hemos venido reflexionando desde comienzo de semana, y en que el Maestro le da mayor sustento a Nicodemo para abrirle el conocimiento sobre la respuesta que él anda buscando.
Por eso JESÚS, profundiza la cuestión y le manifiesta la necesidad de adherirse a Él para poder experimentar la vida de DIOS, porque Él es la Palabra venida de DIOS y es quien puede hablarnos del PADRE.
Porque solo quien ha venido de lo alto, puede dar Testimonio de lo alto. JESÚS, el Hijo de DIOS, es el único que puede Revelar plenamente el Misterio de DIOS. Su Palabra es Testimonio del Misterio del Amor de DIOS. Ya que quien acoge a su Persona y su Mensaje, acoge a DIOS Mismo y obra de acuerdo a sus Designios.
Proclamar la palabra
Y es que, JESÚS no solamente proclama la Palabra de DIOS, sino que da gratuitamente y sin medidas Su Espíritu a todo aquel que crea en Él. Por eso es que el creyente puede nacer continuamente a una Vida nueva, Gracias a la Palabra y al Espíritu, que es el gran Don de JESÚS para todos sus seguidores.
Para los que pone su confianza en las cosas efímeras de este mundo que solo generan ambiciones, corrupciones, odios, guerras, exclusión, y muerte, se levanta LA Voz de JESÚS para decirnos: «el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él» (Jn 3,36b).
Dejando claro que la Ira de DIOS, no es sobre las personas, sino sobre sus procederes y sobre «las tinieblas», que impiden a sus hijos e hijas entrar en comunión profunda con su Hijo JESÚS.
Porque mientras más cerca estemos de las exigencias de JESÚS, mayor será la efusión de su Espíritu que nos alejará de las tentaciones del mal, y nos hará elegibles para la Vida Eterna.
Evangelio del Juan
Al confrontarnos con el texto, y ver que, el evangelista Juan, con este Evangelio, exhorta a los cristianos de todos los tiempos, expuestos a todo tipo de amenazas, a que no perdamos el ánimo y sigamos siempre el Camino de la Verdad y de la Vida que nos marcó JESÚS. Por lo que todos estamos invitados a fomentar una auténtica espiritualidad de COMÚN-UNIÓN, que nos haga más consistentes de nuestro compromiso a favor y en defensa de la vida.
Por eso es que, al sumergirnos en el texto, para ubicarnos en primera fila y poder escuchar la explicación de lo más trascendental para nuestras vidas: el saber que JESUCRISTO es el Camino para alcanzar la Vida Eterna que el PADRE da a todos los que Creen en Él, abrazan su Proyecto de Vida y comienzan a testimoniarlo con sus obras en cada espacio donde desarrollan esta vida terrenal, transitoria y efímera, sin duda alguna que nos inquieta y nos invita a un diálogo introspectivo para saber si estamos en el Camino correcto o no.
Diálogo íntimo
Y en ese diálogo íntimo preguntarnos: ¿Qué he de hacer para entrar en la Vida que JESÚS me ofrece? ¿Qué he de hacer para alimentar mi vida espiritual y mi compromiso profético? ¿Tendré que tener méritos para recibir la Vida Eterna? Y he aquí que JESÚS mismo nos da la respuesta, lo primero es que ninguno somos digno, ni tenemos méritos para ese disfrute, por lo que es una Gracia otorgada. Y lo único que debemos hacer es abrir nuestras mentes y corazones, al Mensajero de la Vida.
Ya que haciendo eso, vamos a experimentar los cambios más grandiosos en nosotros y a través de nosotros se va a experimentar un cambio en nuestro entorno social, y de esta manera comenzamos a transitar nuestro camino hacia la Vida Eterna.
Señor JESÚS, Tú que eres la Palabra de DIOS Encarnada y regalas la fuerza de Tu Espíritu a todos los que Te aceptan como su Salvador, ayúdanos a mantenernos firmes frente a todas las amenazas que pretenden doblegar nuestra Fe.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
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