En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron: «Este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso?» Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo: «¿Esto os hace vacilar?, ¿y si vierais al Hijo del hombre subir adonde estaba antes? El espíritu es quien da vida; la carne no sirve de nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Y con todo, algunos de vosotros no creen.»

Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar. Y dijo: «Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede.» Desde entonces, muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él.

Entonces Jesús les dijo a los Doce: «¿También vosotros queréis marcharos?» Simón Pedro le contestó: «Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna; nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios.

Reflexión del Evangelio

En este Vigésimo Primer Domingo del Tiempo Ordinario la Iglesia Universal celebra la fiesta, entre otros santos, en honor a San José de Calasanz, quien nació en Aragón, España, en el año 1557 y murió en Roma el 25 de agosto del año 1648, a la edad de 92 años.

Es el fundador de la Orden de los Padres Escolapios. Sufrió horrores y persecuciones en su ancianidad, por parte de miembros de la Iglesia y los soportó con una paciencia fuera de serie. Fue beatificado el 7 de agosto de 1748, y canonizado por Clemente XIII, el 16 de julio del 1767.

La liturgia medita los textos: Jos 21,1-2.15-18: Sal 33; Ef 5,21-22; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Juan capítulo 6, del verso 60 al verso 69. En el que se presenta una gran crisis en el seguimiento a JESÚS de casi la totalidad de sus seguidores, que manifiestan un rechazo total a Su Persona y a Su Mensaje.

Es que, los contemporáneos de JESÚS, les cuesta muchos pasar de la comprensión del nivel humano al nivel sobrenatural, propio de la Fe, ya que muchos los seguían solo por sus curaciones y por la multiplicación de los panes, pero no porque estaban dispuestos a seguirlo plenamente.

Por eso es que el discurso del Pan de Vida suscitó una profunda crisis en la comunidad discipular, que se sintió desbordada por las exigencias del Maestro. Porque asumir las condiciones de vida que Él les propone solo es posible si los anima el Mismo Espíritu que Anima a JESÚS, pero como no abren su corazón a la Gracia, no la recibe.

Escándalo y falta de Fe

Ante el escándalo y la falta de Fe de los discípulos JESÚS les recuerda que el Seguimiento es un Don del PADRE. Por lo que puede decirse que, JESÚS en vez de desdecirse y bajar el tono, los vuelve a confrontar, para ahondar más la crisis.

Crisis que le da oportunidad a JESÚS para preguntarle a las Doce Apóstoles: ¿ustedes también quieren abandonarme? La respuesta de la comunidad liderada por Pedro es contundente: Solo la Palabra de JESÚS es capaz de darle la Vida Verdadera, a la que se llega a través de la Fe.

Por eso es que el Evangelista enmarca la confesión de Pedro entre las dos referencias a la traición de Judas (Jn 6,70-71). Ya que la falta de Fe que aparece por primera vez aquí, será también la causa de la traición de Judas y del abandono a JESÚS, por parte de otros discípulos.

Al confrontarnos con el texto, vemos que las Enseñanzas y Milagros de JESÚS pusieron a sus oyentes en una decisión trascendental para sus vidas: creer y seguir a JESÚS, o seguir sus propias costumbres y convicciones.

Situación que después de dos mil años, sigue siendo muy parecida, ya que son muy contados los que verdaderamente viven Su Mandato de Amor y se abren a la guía del Espíritu Santo, cuando tienen que tomar decisiones trascendentales para sus vidas personales y comunitarias.

Iguales ante las exigencias de Jesús

Por eso es que muchos de nosotros podemos vernos retratados en ese grupo que, ante las exigencias de JESÚS, entramos en crisis y comenzamos a dudar, porque ese mandato de Amar, de Servir, de perdonar no solo a mis amigos y familiares, sino también, a mis enemigos, a los que considero causantes de mis males e incluso a todos aquellos que no conozco, no cabe en nuestra mentalidad o en las maneras de proceder de nuestros conglomerados humanos.

Por eso es que la pregunta de JESÚS sigue siendo muy actual porque va dirigida a sus discípulos de todos los tiempos: ¿y tú también quieres abandonarme?

Pregunta que seguramente, nos hará dudar, pero también nos permitirá asumir la respuesta de Pedro: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes Palabra de Vida Eterna» Y si asumimos como verdadero, que JESÚS es el Camino, la Verdad y la Vida, entonces Él mismo nos dará la fuerza y el coraje para soportar no solo el rechazo de muchos, sino también negar nuestros propios pareceres y asumir Su Mandamiento de Amor como norma de Vida.

Señor JESÚS ayúdanos a tener el discernimiento necesario para poder entender Tu Mensaje de Amor, y junto a Pedro decir: «¿a quién iremos? Tú tienes Palabra de Vida Eterna».

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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