En aquel tiempo cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos de ellos dijeron: «Este echa a los demonios con el poder de Belcebú, jefe de los demonios.» Y otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: «Una nación dividida corre a la ruina, y los partidos opuestos caen uno tras otro.

Si Satanás también está dividido, ¿podrá mantenerse su reino? ¿Cómo se les ocurre decir que yo echo a los demonios invocando a Belcebú? Si yo echo los demonios con la ayuda de Belcebú, los amigos de ustedes, ¿con ayuda de quién los echan? Ellos apreciarán lo que ustedes acaban de decir.

En cambio, si echo los demonios con el dedo de Dios, comprendan que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando el Fuerte, bien armado, guarda su casa, todas sus cosas están seguras; pero si llega uno más fuerte y lo vence, le quitará las armas en que confiaba y distribuirá todo lo que tenía.

El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama. Cuando el espíritu malo sale del hombre, empieza a recorrer lugares áridos, buscando un sitio donde descansar. Como no lo encuentra, se dice: Volveré a mi casa de donde tuve que salir.

Al llegar la encuentra bien barrida y todo en orden. Se va, entonces, y regresa con otros siete espíritus peores que él; entran y se quedan allí. De tal modo que la nueva condición de la persona es peor que la primera.

Reflexión del Día

 La Iglesia universal celebra hoy la Fiesta, entre otros santos, en honor a Santa Soledad Torres, ella es la fundadora de las hermanas Siervas de María, ministras de los enfermos, que tienen 126 casas en el mundo con 2,380 religiosas.

Nació en 1826 en Madrid, España. Estudió con las hermanas Vicentinas y al ver la dedicación total de estas religiosas a los más pobres, se entusiasmó por la vida religiosa.

Pero era muy débil de salud y no fue admitida en la comunidad. Solamente a la edad de 25 años logrará cumplir su anhelo de ser religiosa.

Murió el 11 de octubre de 1887 a la edad de 61 años. Fue canonizada por Pablo VI en 1970.

Liturgia del Día

La liturgia del día meditamos los textos: Gal 3,7-14; Sal 110; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO según San Lucas capítulo 11, del verso 15 al 26. Este narra el discurso de JESÚS, dirigido a todos aquellos que ponen en entredicho Su Misión Redentora y Liberadora del mal. Esta sentencia parece contradecir lo que se dice en Lc 9,50: «quien no está contra ustedes, está con ustedes».

Allí JESÚS reconoce que su familia espiritual desborda en mucho al grupo visible de sus discípulos. El que trabaja en la misma dirección, aunque no pertenezca a la Iglesia, debe ser considerado amigo.

En cambio, en el texto de hoy, JESÚS habla de los que no quieren definirse frente a Su Mensaje y pretenden quedarse neutros; esos no se unen nunca a Él, ni hacen obras buenas en Su Nombre, esos son los que desparraman la Gracia Divina.

Importancia al Testimonio

Al confrontarnos con el texto, vemos que se nos invita a darle la máxima importancia al Testimonio y a los Dichos de JESÚS, que, al ponerlos en la balanza, frente a las opiniones de sus opositores, obtenemos la Respuesta del Maestro, donde nos dice, que, la realización del bien no requiere medios mágicos, sino únicamente de la Fe en DIOS, que le Trasmitirá la Fuerza de Su Espíritu, a todos aquellos que lo soliciten.

Es ese el Mensaje que JESÚS quiere darnos hoy, al presentarse como el hombre fuerte que puede restablecer el orden en nuestra casa, ya que con Su Presencia logra llenar el espacio dejado por los miedos y temores que se alejan cuando se ha emprendido un camino, junto a Él, de liberación interior.

Por eso es que cada uno de los que nos llamamos seguidores de JESÚS, tenemos que tener claro que al decidirnos por la Opción que nos presenta el Maestro, muchas tempestades se vendrán contra nosotros, ya que no solo tendremos que hacerle frente a los males terrenales, también a los espirituales que se nos presentan a diario.

A través de las tentaciones de toda índole y muchas veces esos espíritus malignos, se vale de personas muy próximas a nosotros que tratan de desanimarnos diciéndonos que nuestra vida cristiana no tiene sentido, y que optemos por los placeres y los éxitos del mundo, opiniones que muchas veces nos ponen a dudar.

El tema es bastante duro de digerir, ya que seguramente hemos hecho terapias de liberación interior, de sanación espiritual y de reconciliación, y a los pocos días estamos con las mismas angustias, o con mayores sensaciones de peligro, de enfermedades o amenazas de la propia muerte.

Amor de Dios

Porque hacer un retiro espiritual o una buena confesión con nuestro asesor espiritual, de nada nos valen si no hacemos un esfuerzo de voluntad, para que el lugar de los temores, de las angustias y de las violencias, sea ocupado por el AMOR de DIOS.

De allí que hoy sea el día para preguntarnos: ¿Estoy decidido a organizar o disponer de mi vida para que JESÚS, sea el centro y el motivo de mi existencia?

Señor JESÚS te rogamos encarecidamente, que pongas orden en nuestra casa, en nuestro corazón y en nuestra mente, para poder hacerle frente a los que matan el cuerpo, cercenan el espíritu y amenazan nuestra decisión de estar junto a Ti.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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