Evangelio del Día

“En aquel tiempo, aumentaba la multitud por la gente que llegaba y Jesús empezó a decir: «La gente de este tiempo es gente mala. Piden una señal, pero no tendrán más señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue una señal para los habitantes de Nínive, de igual manera el Hijo del Hombre será una señal para esta generación.

La reina del Sur resucitará en el día del Juicio junto con la gente de hoy, y los acusará, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí tienen ustedes mucho más que Salomón.

Los habitantes de Nínive resucitarán en el día del Juicio junto con la gente de hoy, y los acusarán, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí ustedes tienen mucho más que Jonás”.

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

En la Iglesia Universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Daniel Comboni, nacido el 15 de marzo de 1831. Hijo de unos campesinos bien pobres. Llegó a ser el primer Obispo de África Central y es uno de los más importantes misioneros de la Historia de la Iglesia en esa área geográfica.

Es fundador de dos Institutos misioneros. Muere en Sudán, a los 50 años y canonizado por el Papa San Juan Pablo II, en el año 2003.

La liturgia de hoy nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Lucas capítulo 11, versos del 29 al 32. En el que JESÚS clarifica a sus oyentes y seguidores, que las señales que piden no suscitan la Fe ni la fortalecen, lo que hacen es generar una curiosidad que no es sana y que no forma parte del proyecto Salvífico de DIOS para la humanidad.

Por eso, les dice a sus contemporáneos que solo les dará el signo de Jonás, que tal como lo relata la Sagrada Escritura, por su desobediencia, había permanecido tres días en las entrañas de un gran pez.

Jonás es un signo de contradicción para la cultura religiosa de la época de JESÚS, frente a un exacerbado nacionalismo, Jonás representa el potencial de la redención que se realiza entre los extranjeros.

Mientras que, los del pueblo de Israel se creen «los buenos» por ser el pueblo de DIOS, y no se dan cuenta de que la Misericordia de DIOS es para todos los seres humanos que decidan arrepentirse de sus malos procederes.

Los habitantes de Nínive, que además de extranjeros, eran pecadores, no recibieron ninguna otra señal divina más que la Predicación de Jonás que los invitaba a la penitencia y al arrepentimiento, y sin mucha explicación la acogieron y se arrepintieron, ante el disgusto incluso del propio Jonás.

Es importante resaltar que la Misión Profética de Jonás comienza realmente, luego de los tres días que pasará en las entrañas del pez.

De igual manera el despliegue de la Misión cristiana para toda la humanidad, comienza con la experiencia pascual de la Muerte y Resurrección de JESÚS, al tercer día de Su Muerte terrena.

La alusión a la Reina del Sur, refuerza esta misma idea de la novedad profética y resalta además el surgimiento de una sabiduría capaz de comprender los designios de DIOS en la vida de los seres humanos.

Al confrontarnos con el texto, vemos que JESÚS retoma la imagen tradicional de un juicio colectivo, donde cada uno se excusa demostrando que los demás se han comportado peor que él.

Y por eso es que esta imagen nos presenta una profunda verdad, y es que todos los dones que DIOS nos ha dado, tiene que producir fruto para toda la humanidad, mucho más si nos consideramos seguidores de JESÚS, ya que por mandato estamos comprometidos no solo a arrepentirnos de nuestros pecados, y a un cambio de vida personal, también estamos comprometidos a la Predicación del Evangelio, con la palabra y con el testimonio, para que todos aquellos que tengan contacto con nosotros puedan decidirse por la opción de vida que JESÚS nos trae con sus Buenas Nuevas.

Por eso hoy es el día para preguntarnos: ¿Qué clase de señales le pido a DIOS, para creer en Él y para obrar de acuerdo a esas satisfacciones? ¿Qué nuevos signos cristianos desafían la manera habitual de presentar las situaciones políticas, económicas y religiosas de nuestra sociedad? ¿Estoy dispuesto a asumir los riesgos que sean con tal de defender los valores cristianos y la dignidad de las personas, o, por el contrario, quiero seguir adaptándome a las circunstancias con tal de no meterme en problema?

Señor JESÚS, ayúdanos a no defraudar Tu confianza, creyéndonos los más santos y perfectos, sino que asumamos que somos limitados y pecadores a los que solo Tu Gracia puede Salvar. Y al darle un vuelco a nuestra vida pecaminosa, otros se vean estimulados a hacer lo mismo. Amén.

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