En aquellos días María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre.
Isabel se llenó del Espíritu Santo y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor?
Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!
Reflexión del Evangelio
La Iglesia Universal celebra hoy el Cuarto Domingo de Adviento, en el que llegamos al clímax del Misterio de la Encarnación, donde la expectativa y la Esperanza se acrecientan, ya que la Promesa y el Cumplimiento se entrelazan en el Camino a una plena CONVERSIÓN.
Promesa que se va cumpliendo de manera progresiva en la rutina de cada día, si abrimos nuestro corazón a la Buena Noticia de Salvación.
Liturgia del Día
La liturgia meditamos los textos: Mi 5,1-4; Sal 79; Heb 10,5-10; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Lucas capítulo 1, del verso 39 al verso 45, donde leemos un relato propio y exclusivo de Lucas, sobre el encuentro de María con su prima Isabel.
Sin lugar a dudas que es un encuentro maravilloso entre dos mujeres que han sabido mantener viva la esperanza de que DIOS habría de intervenir en algún momento de la historia para hacer realidad Su Promesa de Restauración a la humanidad.
La experiencia y la juventud, se encuentran y se abrazan llenas de júbilos, para darle aliento y esperanza a todos aquellos que se encuentran atribulados y nostálgicos por los distintos problemas que se le presentan.
Isabel, llama Bienaventurada a María, la Madre del Señor, porque gracias a Su FE se hará realidad la Promesa de DIOS que está escrita en el Antiguo Testamento, ella es la primera en escuchar el Evangelio y en hacer de su vida cotidiana, una Buena Noticia para su pueblo y para toda la humanidad.
Por lo que puede decirse que, con el «SÍ» de María y su disposición para el servicio, se inaugura el TIEMPO DE LA GRACIA del SEÑOR.
Tiempo de Adviento
Al confrontarnos con el texto, podemos entender que la presencia de Isabel y María, como protagonista de este tiempo de Adviento, tiene como objetivo el invitar a los seguidores de JESÚS a que abramos nuestra mente y nuestro corazón al llamado que nos hace DIOS para que dejemos que Su Palabra Habite en nosotros, y hacer de la vida un eterno encuentro fraterno y festivo, donde nos llenemos de paz y de optimismo para poder hacerle frente a todas las dificultades que se nos presenten.
Es que el encuentro de María e Isabel, es la exaltación de la Promesa de DIOS hecha realidad, que inaugura un Nuevo Orden de Relaciones personales, sociales, culturales y religiosas. Por lo que se convierten en una invitación para que superemos las pretensiones exclusivistas de hacer del Proyecto de DIOS, una Gracia para una sola clase social, confesión religiosa o ideología política.
Encuentros
Por eso es que hay que ir al encuentro del otro, de la viuda, del huérfano, del extranjero, del menesteroso, del harapiento, de la prostituta, del ladrón, del corrupto, reconociendo que DIOS se Manifiesta de manera plural y sin distinciones, y es la actitud que debemos tomar todos los que nos consideramos seguidores de JESÚS.
De allí que hoy sea el día para ponernos en camino, como María fue al encuentro de su prima Isabel y nos demos la oportunidad para escuchar el llamado misionero del Señor, llenarnos de su Palabra y partir presurosos a comunicar y a compartir con nuestros semejantes la experiencia de sentirnos amados y salvados por DIOS, y juntos proclamar el DÍA DE LA GRACIA DEL SEÑOR, que está abierta para toda la humanidad, sin distingo de raza, sexo o condición social, política, económica o religiosa.
Señor JESÚS, hoy te damos gracias porque a pesar de nuestra obstinación para hacer el mal y por destruir la Maravillosa Obra de Tu Creación, Tú Te Has Encarnado en el mundo porque nos Amas, y quieres hacernos partícipes de Tu Bondad y Misericordia.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
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