Un sábado, entró Jesús en casa de uno de los principales fariseos para comer, y ellos le estaban espiando.
Jesús se encontró delante un hombre enfermo de hidropesía y, dirigiéndose a los letrados y fariseos, preguntó: «¿Es lícito curar los sábados, o no?» Ellos se quedaron callados. Jesús, tocando al enfermo, lo curó y lo despidió.
Y a ellos les dijo: «Si a uno de vosotros se le cae al pozo el burro o el buey, ¿no lo saca en seguida, aunque sea sábado?» Y se quedaron sin respuesta.
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Martín de Porres, quien nació en Lima Perú en el año de 1579 y murió en el 1639. Hijo de padre español y madre negra. Beatificado por el Papa Gregorio XVI en el año 1837 y Canonizado por el Papa Juan XXIII el 6 de mayo de 1962.
Felicitaciones a toda la feligresía de la Parroquia San Martín de Porres, habitantes de Brisas del Sur, San José de Chirica, Buen Retiro y todos los sectores circunvecinos.
En la liturgia del día meditamos los textos: Rom 9,1-5; Sal 147 y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO según San Lucas, capítulo 14, del verso 1 al 6. En el que se presenta una nueva controversia entre JESÚS y los jefes del pueblo judío por las curaciones hechas por el Maestro el día sábado.
El relato original de la narrativa Lucana y se parece a otras curaciones hechas también en un día sábado: la de un hombre con la mano atrofiada (Lc 6,-11); y al de una mujer encorvada (Lc 13,10-17).
Los maestros de la Ley estaban de acuerdo en que el día sábado se podía curar a una persona que estaba en peligro de muerte, pero no se podía realizar la sanación si el enfermo no corría peligro de muerte.
Varios de ellos permitían que se sacara a una persona o a un animal doméstico, que había caído a un pozo el día sábado, pero los más rigoristas lo prohibían.
JESÚS curó a un hidrópico que, aunque tenía problemas de hinchazón y mala circulación, no estaba en peligro de muerte. Pero aprovecha el caso, para reprochar a los fariseos, que cuando se trata de otros, aplicaban la Ley de manera rigurosa, mientras que cuando se trataba de ellos o de sus bienes, la interpretaban y aplicaban siempre a su favor.
Y es que, para JESÚS la Ley Dada por DIOS al pueblo de Israel, es camino de rectitud personal, de encuentro con DIOS y de defensa a la dignidad del ser humano, y no un adefesio jurídico para oprimir y justificar los atropellos de los poderosos en contra de los más humildes.
Por eso es que la pregunta hecha por JESÚS: ¿Se puede curar el sábado, o no? Y el cuestionamiento hecho a los fariseos por su falta de misericordia, Revelan que JESÚS es el “SEÑOR del sábado” y que defiende la Realización de las Obras del Reino en cualquier circunstancia.
Acción que decidieron, de ser imitada por todos los que nos llamamos seguidores de JESÚS, que debemos actuar con absoluta libertad y con sentido crítico ante las injusticias del mundo.
Al confrontarnos con el texto y hacer una lectura alegórica del mismo, podemos ver que la hidropesía es una anormal acumulación del agua, que pone en riesgo nuestra salud y que, por el contrario, el tránsito normal de líquidos por nuestro cuerpo, favorece la vida.
Ya que, si el agua que consumimos no es retenida, nos hidrata, tonifica y nos da vida, pero si pasa lo contrario nuestro sistema inmunológico colapsa.
Eso era lo que pasaba con la interpretación casuística que los fariseos hacían con la Ley de DIOS, que la represaban y no la dejaban fluir.
La Ley dada al pueblo de Israel, como Fuente de Vida, no solo para ellos, sino también para que fuera una referencia para el resto de la humanidad.
Por lo que debía transformar la vida comunitaria, dándole dignidad equitativa a cada uno de sus miembros. Pero lamentablemente, por los intereses mezquinos de sus dirigentes, la habían estancado, originando un estado deplorable para toda la sociedad, que de ninguna manera constituía el Querer Original de DIOS.
Por eso es que el hidrópico sanado representa a esa parte del pueblo dispuesta a hacer la terapia del agua que fluye, de la Ley que trae Justicia y Paz, de la Vida que se transforma. Teniendo en cuenta que, para lograr, la sanación del hidrópico, el Maestro debió vencer las limitaciones de una interpretación de la Ley demasiado estrecha y fundamentalista.
Y es esa la lección que JESÚS, quiere darnos hoy, ya que, frecuentemente la mayoría de nosotros queremos acomodar la Ley a nuestro favor y al final todos nos volvemos transgresores de la misma y víctimas de la misma impunidad.
Ante ese panorama el Maestro aplica el principio de interpretación que lleva al ser humano hacia la Vida Plena, en lugar de truncarla con interpretaciones legales acomodaticias.
Señor JESÚS, danos la fortaleza necesaria para actuar con absoluta libertad y con sentido crítico ante las injusticias del mundo.
Y aleja de nosotros el querer acomodar la Ley a nuestro favor, ya que nos volvemos transgresores de la misma y víctimas de la misma impunidad. Amén.
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