“Un día a los discípulos se les ocurrió preguntarse cuál de ellos era el más importante. Jesús, que conocía sus pensamientos, tomó a un niño, lo puso a su lado, y les dijo: «El que recibe a este niño en mi nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió. El más pequeño entre todos ustedes, ese es realmente grande.» En ese momento Juan tomó la palabra y le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que hacía uso de tu nombre para echar fuera demonios, y le dijimos que no lo hiciera, pues no es discípulo junto a nosotros.» Pero Jesús le dijo: «No se lo impidan, pues el que no está contra ustedes, está con ustedes.”

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

La Iglesia Universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a los Santos Cosme y Damián. Mártires del siglo III. Eran hermanos gemelos nacieron en Arabia, en el siglo tercero. Se dedicaron a la medicina y llegaron a ser muy afamados médicos. Pero tenían la especialidad de que a los pobres no les cobraban la consulta ni los remedios.

Lo único que les pedía era que les permitieran hablarles por unos minutos acerca de Jesucristo y de Su Evangelio. Estos dos santos, junto con San Lucas, son los patronos de los médicos católicos.

Y la liturgia de hoy nos presenta al Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Lucas capítulo 9, versos del 46 al 50. En el que se presentan dos acciones que tienen que ver con el desarrollo de la vida de la comunidad. En la primera acción, se describe, el gesto cariñoso de JESÚS que abraza a un niño, en respuesta a la inquietud y aspiraciones de los Apóstoles, para saber cuál de ellos era el más importante.

JESÚS no contesta directamente, a la pregunta de los Apóstoles sobre sus apetencias personales, sino que les responde con un gesto, porque lo que cuenta no es llegar a ser el más importante, sino ser el que más se acerca a Cristo, y hay que recibirlo sin prejuicios y con el alma limpia, como la de los niños.

Ese gesto de JESÚS, tan cariñoso con los niños, era muy extraño para la gente de su tiempo, pues los niños no eran tomados en cuenta y los maestros de religión invitaban a castigarlos severamente. Y es que la imagen de la persona religiosa, especialmente la de un Maestro de la Ley, era la de un hombre serio y distante, que no se fija en seres con menor responsabilidad o importancia social que él, especialmente si eran mujeres o niños. JESÚS, invita a sus seguidores a invertir esta conducta, ya que es precisamente teniendo gestos de Misericordia con los excluidos como se es grato a los ojos de DIOS.

En la segunda acción se presenta un gesto exclusivista del Apóstol Juan, que nos ayuda a comprender lo heterogéneo de las primeras comunidades cristianas, porque en los primeros tiempos del cristianismo existieron grupos que conservaban algunas enseñanzas de JESÚS, pero no estaban adheridos a la comunidad Apostólica.

Por eso es que Lucas introduce este tema y presenta al Apóstol Juan, como ejemplo de una mentalidad cerrada que no reconoce el bien que JESÚS puede realizar en otras comunidades que, aunque no pertenecen a su comunidad, tratan de servir a la sociedad, tal como hacemos los cristianos.

Así se entiende que el discípulo de JESÚS debe dejar de un lado el fanatismo, el fundamentalismo y la intolerancia, para ser abierto e inclusivo y de esta manera vivir la Fraternidad que es el sello característico de toda comunidad cristiana.

Al confrontarnos con el texto, podemos decir que el Evangelio de hoy, nos invita a abandonar los modelos de nuestra cultura social excesivamente inspirada en conceptos de importancia y prestigio de quienes ocupan los cargos de conducción de las distintas clases sociales y a mirar más bien, hacia los grupos de nuestra sociedad que, desde su humildad, pequeñez y anonimato, tiene el poder de cambiar nuestra escala de valores y sin ninguna reserva se aceptan unos a otros para lograr cumplir con mucho éxito sus planes y proyectos comunitarios.

Porque pareciera que estos dos mil años y más, de existencia del cristianismo, no nos han servido para comprender y mucho menos para aceptar las Enseñanzas de JESÚS. Ya que nos contentamos con ideas genéricas y ciertas, pero pocas veces nos detenemos a pensar el significado y el alcance de las Palabras y las Acciones de JESÚS. Y al igual que los primeros discípulos, seguimos discutiendo sobre: ¿quién es el más importante en la obra de evangelización?, lo que permite deducir que nuestros intereses no están fundamentados en las Enseñanzas del Maestro.

Y es que, JESÚS, se esmera en señalarnos la ruta correcta, para que estemos más cerca de Él, pero la mayoría de las veces no la entendemos con precisión, por eso es que andamos como barco a la deriva. De allí, que hoy sea el día propicio para preguntarnos: ¿entiendo de manera correcta las indicaciones que DIOS ha trazado para mi vida? ¿Trato de buscar posiciones en los grupos sociales, políticos, o religiosos, para servir o para vanagloriarme y someter a otros con mis caprichos?

Señor JESÚS, danos el discernimiento necesario para dejar de un lado el fanatismo, el fundamentalismo y la intolerancia, y abrirnos a la inclusión y al servicio y de esta manera vivir la Fraternidad que es el sello característico de toda comunidad cristiana. Amén.

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