Después de que tomaron preso a Juan, Jesús fue a Galilea y empezó a proclamar la Buena Nueva de Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido, el Reino de Dios está cerca. Cambien sus caminos y crean en la Buena Nueva».
Mientras Jesús pasaba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo: «Síganme y yo los haré pescadores de hombres.» Y de inmediato dejaron sus redes y le siguieron.
Un poco más allá Jesús vio a Santiago, hijo de Zebedeo, con su hermano Juan, que estaban en su barca arreglando las redes. Jesús también los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los ayudantes, lo siguieron.
Reflexión del Evangelio
En este Tercer Domingo del Tiempo Ordinario la Iglesia Universal celebra, el Domingo de la Palabra de DIOS, instituido por el Papa Francisco, en su Carta Apostólica en forma de ‘Motu Proprio’ titulada ‘Aperuit Illis’ publicada el 30 de septiembre del 2019, memoria litúrgica de San Jerónimo.
El título de esta Carta Apostólica se basa en el pasaje bíblico del capítulo 24 de San Lucas, en el que se describe el gesto de Jesucristo a los discípulos con el cual «les abrió́ el entendimiento para comprender las Escrituras».
«Dedicar concretamente un domingo del Año litúrgico a la Palabra de Dios nos permite, sobre todo, hacer que la Iglesia reviva el gesto del Resucitado que abre también para nosotros el tesoro de su Palabra para que podamos anunciar por todo el mundo esta riqueza inagotable», escribió el Papa Francisco.
En la liturgia del día meditamos los textos: Jonás 3,1-5.10: Sal 24; 1Cor 7,29-31; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Marcos, capítulo 1, del verso 14 al 20.
Inicio de la vid pública de JESÚS
En el que se relata el inicio de la vida pública de JESÚS, que según el evangelista Marco se caracteriza por el ANUNCIO del Evangelio y EL LLAMADO a sus primeros cuatro seguidores, que eran pescadores y a quienes les promete hacerlos «pescadores de hombres», es decir, asumir la Misión del Reino con la experiencia adquirida de su trabajo.
Esa invitación tan tajante ha debido dejarlos bien sorprendidos, por lo imperativo y por lo original, ya que los Maestros de la Ley exigían aprender la Ley de memoria y cumplirla de manera literal.
JESÚS, en cambio, llama exigiendo una adhesión a su manera de Ser y Hacer, para formar una comunidad, cuyo distintivo es la Solidaridad y el Servicio.
Por lo que puede decirse que, la Vida y Ministerio de JESÚS es Anuncio Gozoso de que DIOS quiere Reinar como Abbá, es decir PADRE, y no como enseñaba la Teología Rabínica de que decía que DIOS vendría a Reinar como Rey Poderoso, Ejerciendo Su Soberanía desde el Templo de Jerusalén.
Presencia del Reino de Dios
Y por eso es que, EL REINO DE DIOS, se hace presente por medio de todos los gestos Salvadores que JESÚS realiza: nuevas enseñanzas, curaciones, exorcismos e inclusiones de pobres y marginados a su grupo selecto de seguidores.
Al confrontarnos, y ver el llamado que JESÚS hace a sus primeros cuatro discípulos, nos revelan lo original de la elección del Maestro, ya que Él les pide de manera imperativa, que abandonen todo para que lo acompañen, y ellos lo siguieron, sin estar haciendo muchas preguntas y sin estar sacando cuentas sobre las consecuencias de ese seguimiento.
Lo que nos hace inferir que para hacer realidad el Reino de DIOS, tiene que haber una firme decisión de Aceptación de la manera de Ser y Hacer de Su Hijo JESÚS, por parte de los que hemos sido llamados a formar parte de Su Familia.
Y al formar parte de la Familia de JESÚS, también nosotros nos hacemos “pescadores de hombres”, por lo que hay que hacer todo lo posible por sacar de las aguas que causan la muerte, a todos nuestros semejantes, para incorporarlos al Reino de la Vida y reunirnos todos como Familia Bajo la Protección del PADRE.
Teniendo claro que, para poder cumplir con ese mandato, tenemos que tener una disposición y una Fe absoluta en JESÚS, como la tuvieron los Primeros Discípulos.
La fe nos lleva a la verdadera Conversión
Ya que es la Fe, la que nos lleva a una verdadera Conversión de vida que nos vincula íntimamente al HIJO, para aceptar y vivir la relación de hermanos, hijas e hijos de un mismo PADRE Amoroso, que nos da garantía de que a pesar de toda esta incertidumbre que estamos padeciendo, Él Camina con nosotros para no dejarnos caer en el abismo.
Por eso es que, el Anuncio y la Invitación que nos hace hoy el Maestro, nos permite entender que como «pescadores de hombres» tenemos que hacerles frente a las turbulencias del mal, y si lo hacemos, podremos saborear los albores de un nuevo día, con aguas tranquilas y anclados en un Puerto Seguro que es CRISTO JESÚS.
Señor JESÚS, Ayúdanos a tener la disposición y la Fe de los Primeros Discípulos, para asumir la Misión de ser «pescadores de hombres», y al hacerles frente a las turbulencias del mal, podamos saborear los albores de un nuevo día, con aguas tranquilas y anclados en un Puerto Seguro que Eres Tú Mi Señor Amado.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
¡Síguenos en nuestras redes sociales y descargar la app!