Evangelio del Día

En aquel tiempo, Jesús salió otra vez por las orillas del lago; todo el mundo venía a verlo y él les enseñaba. Mientras caminaba, vio a un cobrador de impuestos sentado en su despacho. Era Leví, hijo de Alfeo.

Jesús le dijo: «Sígueme.» Y él se levantó y lo siguió. Jesús estuvo comiendo en la casa de Leví, y algunos cobradores de impuestos y pecadores estaban sentados a la mesa con Jesús y sus discípulos; en realidad eran un buen número.

Pero también seguían a Jesús maestros de la Ley del grupo de los fariseos y, al verlo sentado a la misma mesa con pecadores y cobradores de impuestos, dijeron a los discípulos: «¿Qué es esto? ¡Está comiendo con publicanos y pecadores!»

Jesús los oyó y les dijo: «No es la gente sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Reflexión del Evangelio

La Iglesia Universal celebra la fiesta, entre otros santos, en honor a San Hilario, quien, en el año 354, lo elegieron Obispo de Potiers. Muere en el año 367, logrando con mucho esfuerzo, fortalecer la fe de los habitantes de las Galias, Francia.

Sus escritos dogmáticos y sus predicaciones, le ganaron los títulos de Padre y Doctor de la Iglesia.

En la liturgia del día meditamos los textos: 1Sam 9,1-4.17.17;10,1a; Sal 20;  y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Marcos capítulo 2, del verso 13 al 17., en el que se relata el llamado que JESÚS le hace a Leví, un recaudador de impuestos, que probablemente sea el otro nombre del apóstol Mateo.

Con este relato Marcos aborda otro aspecto polémico de la Praxis de JESÚS, ya que incorpora a su grupo de colaboradores más inmediato a una persona que era mal vista por sus coterráneos, y no solo es que lo llama, sino que también va a su casa a comer con otros iguales a él.

Patriotas considerados traidores

El texto habla de los publicanos, o sea, de los que cobraban el impuesto para los romanos. Pues el país de JESÚS estaba dominado por el Imperio Romano y los publicanos eran judíos que trabajaban para el extranjero.

Los patriotas los consideraban traidores, ya que, se daba cuenta de que se llenaban el bolsillo; a costa de la explotación del pueblo. Tan despreciados que, hasta los mendigos se negaban a recibir sus limosnas.

JESÚS no los alabó, pero escogió a uno de ellos, a Leví-Mateo, para incorporarlo al equipo de sus apóstoles, patriotas decididos, como para decirle al mundo que en Su Mesa todos tenemos cabida.

Al confrontarnos con el texto vemos que JESÚS, actuó con mucha libertad, frente a esa manera tan excluyente de la religión de su tiempo, lo que le valió muchas críticas, al juntarse con gente de mala fama, con mendigos, con prostitutas, con lisiados, leprosos y también con corruptos, que al juntarse con Él, experimentaban una transformación de sus vidas.

Y es que, Su proceder de manera deliberada, no solo explicitan Su opción de vida y Su criterio frente a las tragedias y exclusiones humanas, sino que deja bien claro que DIOS ama sin medida a los hombres y mujeres, más allá del pecado o de la condición moral de los mismos.

Cambiar la manera de mirar de las cosas

Por eso es que, para entrar en la familia de DIOS debemos cambiar nuestra manera de mirar las cosas y a las personas. Ante todo, hay que liberarse de los prejuicios de clase. Dejemos de dividir a los hombres entre buenos y malos; entre los que se puede saludar y los que no; entre los que se debe amar y ayudar y los que no.

Aprendamos que DIOS no odia ni a los ricos ni a los pobres, ni a los mal educados ni a los de izquierda ni a los de derecha, y que Su Plan Misericordioso contempla la salvación para todos los seres humanos.

Así que, hoy podemos vernos retratados en Leví, que a pesar de saberse pecador y excluido por sus paisanos, acepta la invitación a la CONVERSIÓN y al SEGUIMIENTO, que le hace JESÚS, o también podemos vernos retratados en los letrados y fariseos que por sus prejuicios se cierran rotundamente a esta invitación.

De tal manera que podemos preguntarnos: ¿Cómo puedo romper mis prejuicios, que me impiden ver la Propuesta que me hace JESÚS, para ir al encuentro del otro sin mirar, raza, condición social, política, económica o religiosa? ¿Abro mi corazón y mi mente a la Novedad del REINO DE DIOS?

Señor JESÚS, ayúdanos a experimentar siempre la Gracia de Tu AMOR y de Tu Perdón, para que podamos dar testimonio visible de que somos seguidores Tuyos al aceptar a todos, sin prejuicios de ningún tipo.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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