En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.» Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
Reflexión de Evangelio
La Iglesia universal celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Pablo Miki y compañeros. En el año 1549 San Francisco Javier llegó al Japón y convirtió a muchos paganos. Ya en el año 1597 eran varios los miles de cristianos en aquel país.
Y llegó al gobierno un emperador sumamente cruel y vicioso, el cual ordenó que todos los misioneros católicos debían abandonar el Japón en el término de seis meses, so pena de ser asesinados.
Al no cumplir con dicha orden el gobierno ordenó la ejecución de un grupo irreductible, entre los que estaban Pablo Miki y compañeros. Fueron 26, martirizados el mismo día, 5 de febrero del año 1597.
Liturgia del Día
En la liturgia del día meditamos los textos: Hb 12,18-19; Sal 47; y el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, según San Marcos capítulo 6, del verso 7 al 13. En el que JESÚS envía a sus discípulos de dos en dos, según la costumbre de la época.
Les da instrucciones precisas: ir ligeros de equipaje; no malgastar el tiempo parándose en los caminos; ser mensajeros de paz y de armonía y sobre todo preparar el terreno para el Anuncio de la llegada del Reino de DIOS. Los discípulos, por su parte, cumplen cabalmente las instrucciones del Maestro.
Las pocas palabras que nos ofrece el Evangelio de hoy, son una guía para la misión del cristiano, es decir, una guía para que los enviados no se olviden de reproducir y reflejar el rostro de quien los envía.
Por eso se destaca claramente, los pasos para vivir la vocación apostólica: de la dispersión al seguimiento; del SEGUIMIENTO a la COMUNIÓN de Vida con JESÚS; y de la COMUNIÓN con Él, a la MISIÓN.
Si detallamos el contenido del envío, vemos como el hagiógrafo pone mucho énfasis en el desempeño de los discípulos, ya que el éxito de la misión, está más en lo que los discípulos deben ser, que en lo que deben decir.
Envió de Jesús
Por lo que percibimos en el envío que JESÚS hace, es que asocia plenamente a Sus discípulos a Su Misión, haciéndolos partícipes de su vida y de lo que Él Anuncia.
El Evangelio también nos hace recordar la última Conferencia del Episcopado Latinoamericano, celebrada en el Santuario de Aparecida (Brasil), en el año 2007, cuyo lema y tema, fue: «Discípulos y misioneros de JESUCRISTO, para que los pueblos tengan vida en Él».
Los Obispos, reunidos allí, nos invitan a recrear nuevamente la Misión Evangelizadora en el continente de la esperanza.
Al confrontarnos con el texto, ayudados con la enseñanza de la Iglesia, podemos entender que la Palabra de Dios tiene su propio dinamismo, pero es necesario el testimonio de vida de los discípulos, para que el Reino de DIOS, sea propagado por todo el mundo.
Porque tal como lo dice el documento de Aparecida, discipulado y misión, son dos caras de la misma moneda, es decir que todo cristiano debe de ser misionero.
Misión evangelizadora
También es necesario entender la misión evangelizadora como un espacio de encuentro y diálogo respetuoso y profundo entre personas de diversos extractos sociales, de razas diversas y de intereses políticos y económicos antagónicos, pero donde todos seamos invitados a construir espacios en el que todos tengamos un lugar para alentar la esperanza y construir la paz.
Por eso hoy es el día para preguntarnos: ¿Conocemos la propuesta de la misión continental, iniciada al finalizar la conferencia de Aparecida? ¿Qué sabemos de la propuesta misionera que hace el Concilio Plenario de Venezuela? ¿Qué frutos de diálogos y encuentros diversos hemos tenido en nuestra comunidad de fe? ¿De qué manera puedo asumir mi compromiso misionero, en esta coyuntura tan difícil que vive Venezuela?
Señor JESÚS, danos la sabiduría necesaria para entender que Tú nos envías al mundo no para hacer nuestra obra, sino la Tuya. Y así tendremos la garantía, de que nos has hecho partícipes de Tu vida y de lo que Tú Anuncias.
Amén.
Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana
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