Un día, estando Jesús en Galilea con los apóstoles, les dijo: «El Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y le matarán. Pero resucitará al tercer día.» Ellos se pusieron muy tristes.

Al volver a Cafarnaúm, se acercaron a Pedro los que cobran el impuesto para el Templo. Le preguntaron: «El maestro de ustedes, ¿no paga el impuesto?» Pedro respondió: «Claro que sí» y se fue a casa.

Cuando entraba, se anticipó Jesús y le dijo: «Dame tu parecer, Simón. ¿Quiénes son los que pagan impuestos o tributos a los reyes de la tierra: sus hijos o los que no son de la familia?» Pedro contestó: «Los que no son de la familia.»

Jesús le dijo: «Entonces los hijos no pagan. Sin embargo, para no escandalizar a esta gente, vete a la playa y echa el anzuelo. Al primer pez que pesques ábrele la boca, y hallarás en ella una moneda de plata. Tómala y paga por mí y por ti.

Reflexión del Evangelio

La Iglesia universal celebra hoy, la fiesta por partida doble en honor a Santa Juana de Chantal. Nació en Dijon, Francia, en 1572. Fue la más activa colaboradora de San Francisco de Sales en la fundación de la comunidad de las Hermanas de la Visitación.

En 1641 había visitado ya uno por uno los 65 conventos que su comunidad tenía en varios países. Tenía 69 años.

Le había dicho a Nuestro Señor: «Puedes destruir y cortar y quemar todo lo que en mí y en mi vida te parezca que es necesario sacrificar para cooperar a la extensión de tu reino». Murió el 13 de diciembre de 1641, y declarada santa en 1767.

Liturgia del día

La liturgia diaria meditamos los textos de: Ez 1,2-5.24-3,4; Sal 148; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, según San Mateo capítulo 17, del verso 22 al 27. En el que se nos narra, el segundo anuncio de la pasión que JESÚS, hace a sus discípulos y en medio de esta conversación se les aparecen los cobradores de impuesto.

Recordemos que todos los judíos pagaban el impuesto para el mantenimiento del Templo y el tributo que como vasallos tenían que pagarle al imperio romano, por eso los cobradores se acercan a Pedro por ser él el dueño de la casa en que JESÚS se aloja.

Aunque JESÚS se opone al pago del impuesto, decide finalmente pagarlo con dinero obtenido milagrosamente, y aprovecha la oportunidad para dar a entender quién es Él: los cobradores no saben que se están dirigiendo al Hijo de DIOS, que lo demuestra con el mandato que el Maestro le da a Pedro para que vaya a lanzar el anzuelo, donde se ve el dominio del Señor sobre toda criatura y, también, Su solidaridad más estrecha con Pedro, por su inmensa entrega en la Misión emprendida.

Nuevo anuncio del Jesús

Al confrontarnos con el texto y ver que el Hijo de DIOS hace un nuevo Anuncio a sus Discípulos, de Su Pasión, Muerte y Resurrección, y a continuación se le acercan los cobradores de impuestos con quienes sostiene un nuevo diálogo, totalmente distinto, por lo que da la impresión de que Mateo escribe sin orden y no lleva una ilación correcta de sus argumentos.

Pero en realidad no hay tal disyuntiva, ya que cuando JESÚS habla de su Muerte, está manifestando que ha sido enviado por el PADRE, para pagar el tributo o rescate al gran César de este mundo, el que «nos tiene de por vida, sometidos y esclavizados por temor a la muerte» (Heb 2,15).

Es que, al morir JESÚS, con Su Resurrección rompió el sepulcro, y el yugo de la muerte para siempre, y con su victoria todos estamos invitados junto con Él a vencer el yugo de la muerte.

Verlo Glorioso que en la cruz

Invitación que a la gran mayoría de sus seguidores nos cuesta entender, porque nos gusta más ver a un JESÚS Glorioso, que verlo colgado en la Cruz, nos gusta más verlo en el Sagrario, o en nuestras comodidades, que verlo en las dificultades caminando con los enfermos o con los menesterosos y perdonando de verdad a todos aquellos que nos ofenden.

De allí que hoy sea el día para entender que al asumir el servicio hacia los demás y el perdón a todos aquellos que nos ofenden, no es un signo de debilidad o insensatez, sino que es el tributo que tenemos que pagar para poder vencer las estructuras del mal que oprimen a la humanidad.

Señor JESÚS con Tu Muerte y Resurrección, pagaste nuestro tributo que debíamos al príncipe del mal, para hacernos libres y para que obremos según Tu Voluntad, cambiando las estructuras del mal, en puntos de encuentros donde todos nos tratemos con la misma dignidad que Tú nos has dado.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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