“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: “Aprendan algo del Reino de los Cielos. Un propietario salió de madrugada a contratar trabajadores para su viña. Se puso de acuerdo con ellos para pagarles una moneda de plata al día, y los envió a su viña. Salió de nuevo hacia las nueve de la mañana, y al ver en la plaza a otros que estaban desocupados, les dijo: «Vayan ustedes también a mi viña y les pagaré lo que sea justo.» Y fueron a trabajar. Salió otra vez al mediodía, y luego a las tres de la tarde, e hizo lo mismo. Ya era la última hora del día, la undécima, cuando salió otra vez y vio a otros que estaban allí parados. Les preguntó: «¿Por qué se han quedado todo el día sin hacer nada?» Contestaron ellos: «Porque nadie nos ha contratado.» Y les dijo: «Vayan también ustedes a trabajar en mi viña.» Al anochecer, dijo el dueño de la viña a su mayordomo: «Llama a los trabajadores y págales su jornal, empezando por los últimos y terminando por los primeros.» Vinieron los que habían ido a trabajar a última hora, y cada uno recibió un denario (una moneda de plata). Cuando llegó el turno a los primeros, pensaron que iban a recibir más, pero también recibieron cada uno un denario. Por eso, mientras se les pagaba, protestaban contra el propietario. Decían: «Estos últimos apenas trabajaron una hora, y los consideras igual que a nosotros, que hemos aguantado el día entero y soportado lo más pesado del calor.» El dueño contestó a uno de ellos: «Amigo, yo no he sido injusto contigo. ¿No acordamos en un denario al día? Toma lo que te corresponde y márchate. Yo quiero dar al último lo mismo que a ti. ¿No tengo derecho a llevar mis cosas de la manera que quiero? ¿O será porque soy generoso, y tu envidioso?» Así sucederá: los últimos serán primeros, y los primeros serán últimos.»
Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela.
La Iglesia Universal celebra hoy el Vigésimo Quinto Domingo del tiempo ordinario y recordamos la fiesta en honor a nuestra madre María, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Merced. Esta advocación Mariana nace en España y se difunde por el resto del mundo, para recordar la aparición de la Virgen María a San Pedro Nolasco, en 1218, recomendándole que fundara una comunidad religiosa que se dedicara a trabajar por la liberación de los cristianos cautivos en manos de los musulmanes. Para cumplir con su Misión muchos de los miembros de la orden canjeaban sus vidas por la de presos y esclavos.
En la liturgia del día meditamos los textos: Is 55,6-9; Sal 144; Flp 1,20c-24.27a y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO, Según San Mateo, capítulo 20, desde el verso 1 al 16. En el que JESÚS, para dar una enseñanza sobre la manera en que DIOS se hace presente a través de sus representantes en distintos momentos de la historia de la humanidad, nos narra la parábola de los trabajadores del viñedo, donde el propietario de un campo, a distintas horas del día, contrata a distintos grupos de trabajadores y al momento de la paga, hay conflicto por el descontento de quienes habían sido contratados de primero, pensando que iban a ganar más que los que habían sido contratados al final de la jornada.
Y es que para la mentalidad del hombre que ha crecido en un ambiente de dominación y explotación del ser humano por sus mismos semejantes, como consecuencia de distintos modelos económicos que han prevalecido a lo largo de la historia, no es fácil entender la lógica del Mensaje Evangélico. Porque les parece injusto que se dé lo mismo a todos, sin tomar en cuenta sus obras y sus sacrificios. Por eso es que JESÚS con la parábola del dueño de la viña, deja claro que la Generosidad de DIOS va más allá de lo que para el mundo puede ser justo y equitativo.
Al confrontarnos con el texto y hacer una lectura alegórica, sobre las relaciones existentes en el Reino de DIOS, podemos ver que DIOS en Su Lógica de Amigo no toma en cuenta los méritos, ya que Él Ama por pura iniciativa Suya. Él Se da completamente y sin medidas a todos las mujeres y hombres que abren su corazón a la Misericordia Divina. Esa es Su Justicia, que en nada se parece a la nuestra que muchas veces está fundamentada en intereses mezquinos y egoístas.
Porque a la mayoría de los cristianos nos gusta medirlo todo por los méritos, y queremos que DIOS entre por esa lógica, si rezamos más, sin somos los más asiduos al templo, si somos los que tenemos mayor conocimiento de la liturgia o de la Sagrada Escritura, entonces creemos que somos los llamados a ocupar los primeros puestos. Y es por eso que JESÚS quiso desconcertarnos y sacarnos de la mente que DIOS debe premiar a los que desde nuestra óptica se lo han ganado por su comportamiento. Ya que la fe, los dones y carismas son Gracias que DIOS nos da para que lo desarrollemos en favor de nuestros semejantes, y de esta manera entrar en la lógica de DIOS, Cuya Justicia es la Misericordia sin límites.
Señor JESÚS, danos el discernimiento necesario para entender que Tu Justicia Divina no se fundamenta en los méritos mezquinos y egoístas del tener y el poder, sino en la solidaridad y en el servicio para todos aquellos que nos necesiten. Amén.
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