Evangelio del Día

En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdote: “Escuchen este otro ejemplo: Había un propietario que plantó una viña. La rodeó con una cerca, cavó en ella un lagar y levantó una torre para vigilarla. Después la alquiló a unos labradores y se marchó a un país lejano. Cuando llegó el tiempo de la vendimia, el dueño mandó a sus sirvientes que fueran donde aquellos labradores y cobraran su parte de la cosecha. Pero los labradores tomaron a los enviados, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.

El propietario volvió a enviar a otros servidores más numerosos que la primera vez, pero los trataron de la misma manera. Por último, envió a su hijo, pensando: A mi hijo lo respetarán. Pero los trabajadores, al ver al hijo, se dijeron: Ese es el heredero. Lo matamos y así nos quedamos con su herencia. Lo tomaron, pues, lo echaron fuera de la viña y lo mataron.

Ahora bien, cuando venga el dueño de la viña, ¿qué hará con esos labradores?» Le contestaron: «Hará morir sin compasión a esa gente tan mala, y arrendará la viña a otros labradores que le paguen a su debido tiempo.»

Jesús agregó: «¿No han leído cierta Escritura? Dice así: La piedra que los constructores desecharon llegó a ser la piedra principal del edificio; esa fue la obra del Señor y nos dejó maravillados.

Ahora yo les digo a ustedes: Se les quitará el Reino de los Cielos, y será entregado a un pueblo que le hará producir sus frutos.»

Al oír estos ejemplos, los jefes de los sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús se refería a ellos. Hubieran deseado arrestarlo, pero tuvieron miedo del pueblo que lo consideraba como un profeta.

Reflexión del Evangelio

La Iglesia Universal celebra hoy la fiesta entre otros santos, en honor a San Rosendo, quien nace en Galicia en el año 907, y muere a los 70 años de edad, el primero de marzo del año 977, cuando ya estaba retirado en un monasterio gallego. Fue Obispo y trabajó en Orense y Santiago de Compostela, al final de la edad media. Se distinguió por su espíritu de penitencia y desprendimiento.

En la liturgia del día meditamos los textos: Gn 37,3-4.12-13a; Sal 104; y el Evangelio de Nuestro Señor JESUCRISTO según San Mateo, capítulo 21, del verso 33 al 46. En el que JESÚS le explica en parábola, a los letrados de la ley, como DIOS ha actuado a través del devenir histórico, a favor del pueblo de Israel, y cómo este pueblo de corazón duro le ha dado la espalda, matando a Sus Mensajeros, que son los Profetas, y Su Propio Hijo.

A tal fin JESÚS propone una serie de figuras simbólicas en el relato de la viña, un tema conocido por todos los moradores del pueblo de Israel, el propietario de la viña es DIOS, los labradores representan a los interlocutores de JESÚS, es decir los dirigentes del pueblo, los siervos enviados en varios momentos recuerdan a los Profetas que han amonestado repetidamente al pueblo y sobre todo a los jefes.

El heredero es el propio JESÚS, el gran mensajero del Padre, el ANUNCIADOR tan mal visto por los responsables, que lo rechazan, sin darse cuenta de que «es la piedra angular», donde va a descansar la Nueva Estructura del Pueblo de DIOS.

Lugar de los interlocutores

Al confrontarnos con el texto, y colocarnos en el lugar de los interlocutores de JESÚS, vemos que DIOS, nos ha enviado al mundo para que lo administremos y demos frutos de justicia, paz, libertad y fraternidad, en definitiva, para que seamos más humanos.

Pero los seres humanos seducidos por la ambición de poder y de soberbia nos dejamos llevar por nuestras egoístas tendencias y constantemente le negamos al mundo la posibilidad realización del Plan de DIOS, de que todos seamos felices, y podamos disfrutar equitativamente de Sus Bondades y de todo lo que gratuitamente hemos recibido.

Es de hacer notar que estas Palabra de JESÚS no se dirigen únicamente al pueblo judío de su tiempo; sino a todos aquellos que nos llamamos sus seguidores, ya que muchas veces actuamos de manera contraria a Su Mandamiento de AMOR. Porque el Padre ha enviado a su Hijo al mundo, para que corrigiera el rumbo de la humanidad, pero fue rechazado y asesinado como tantos Profetas, enviados antes que Él.

Por eso es que este tiempo de Cuaresma, es el tiempo propicio para revisar nuestra condición de discípulos, y cómo hemos actuado hasta ahora, para poder ser un verdadero seguidor de JESÚS. Porque un verdadero cristiano ha de acoger de manera personal y comunitaria, el mandato de AMOR y de Servicio como algo existencial.

Señor JESÚS, perdona nuestras soberbias y mezquindades y danos el discernimiento necesario para entender que Tú nos has enviado al mundo para que lo administremos y demos frutos de justicia, paz, libertad y fraternidad, construyendo así la felicidad para todos.

Amén.

Luis Perdomo
Animador bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana

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