La situación de Níger, país sacudido por un golpe de Estado contra el que amenaza con intervenir la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, podría causar una grave desestabilización en la región del Sahel, advirtió hoy el exjefe humanitario de la ONU Jan Egeland.
«Nos preocupa profundamente la escalada en Níger, un lugar que ya sufría graves crisis (…), y en este contexto volátil hay muchos riesgos de desestabilización en el país y en toda la región», indicó en un comunicado Egeland, en calidad de secretario general de la ONG Consejo Noruego de Refugiados (NRC), con sede en Ginebra.
El diplomático noruego anticipó que esa desestabilización podría aumentar los flujos de desplazamientos forzados en la región.
Egeland recordó que Níger, con una de las poblaciones más jóvenes y con mayores índices de pobreza en el mundo, ya necesitaba ayuda humanitaria para la sexta parte de sus habitantes antes del golpe del pasado 26 de julio.
«Las sanciones y suspensiones de ayuda humanitaria que se han sucedido tras el golpe tendrán un dramático impacto en las condiciones de vida de una población que ya estaba sufriendo», alertó el jefe de NRC.
Egeland recordó que 1,4 millones de jóvenes y niños en el país están en riesgo de ser obligados a integrar grupos armados, redes de trabajo forzado o matrimonios entre menores de edad.
«Todavía se está a tiempo para evitar una confrontación militar y encontrar una solución pacífica», afirmó el exjefe de coordinación humanitaria de Naciones Unidas, quien pidió a la comunidad internacional evitar que sus sanciones tengan efectos adversos en la población civil.
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