El microtráfico de drogas en Guayaquil, considerada una de las 25 ciudades más peligrosas del mundo, fue el detonador de la violencia de esta semana, dijo en una entrevista con EFE el experto en operaciones especiales y teniente coronel de la Policía de Ecuador en servicio pasivo Rodrigo Braganza, quien advirtió de que «van a venir hechos más violentos».
«Uno de los principales generadores de la violencia en Ecuador es el microtráfico, creando incluso fronteras invisibles entre el norte y el sur de Guayaquil, y en donde lastimosamente se han visto involucrados algunos miembros corruptos de la Policía y las Fuerzas Armadas», dijo Braganza.
Para el experto en operaciones especiales y actual director de seguridad de la Universidad Espíritu Santo en Guayaquil, «lo peor ya pasó, pero solo en estos días porque al tratarse de un conflicto interno el Estado prepara nuevas estrategias para prevenir lo que venga, pero estoy 100 % seguro de que los delincuentes también lo están haciendo».
Y advirtió «de que van a venir hechos más violentos».
Accionar violento cumple 15 años
Aunque el martes la violencia en Guayaquil se volvió mediática con las imágenes del grupo armado que tomó como rehenes a periodistas, técnicos y personal administrativo en los estudios del canal público TC Televisión, lo cierto es que es un problema que nació hace 15 años.
Según investigadores, en Ecuador actúan más de 40 bandas delictivas.
Sin embargo, en el Decreto Ejecutivo 111, del 9 de enero de 2024, el presidente Daniel Noboa identificó a 22 grupos de delincuencia organizada como «terroristas» y ordenó a las Fuerzas Armadas ejecutar operaciones militares «para neutralizarlos».
El Gobierno ha dicho que se trata de «crimen organizado transnacional», «terroristas y actores no estatales beligerantes» identificados como ‘Águilas’, ‘ÁguilasKiller’, ‘Ak47’, ‘Caballeros Oscuros’, ‘ChoneKiller’ y ‘Choneros’.
También figuran las bandas ‘Corvicheros’, ‘Cuartel de las Feas’, ‘Cubanos’, ‘Fatales’, ‘Gánster’, ‘Kater Piler’, ‘Lagartos’, ‘Latin Kings’, ‘Lobos’, ‘Los p.27’, ‘Los Tiburones’, ‘Mafia 18’, ‘Mafia Trébol’, ‘Patrones’, ‘R7’ y ‘Los Tiguerones’.
En Guayaquil, explicó Braganza, «los más conocidos, que tienen asentado su territorio y una estructura grande, son ‘Los Tiguerones’, ‘Los Choneros’, ‘Los Lobos’ y los ‘ChoneKiller'».
‘Los Choneros’ se crearon hace 15 años en la provincia litoral de Manabí, que hace parte del departamento de Guayaquil. Era un grupo pequeño de pandilleros pero creció al punto de que hoy son más de 10.000 miembros.
A su turno, ‘Los Tiguerones’, responsables del asalto al canal de televisión, surgieron en 2017 como el brazo armado de ‘Los Choneros’ pero han aumentado su dominio al punto de que solo en la ciudad Esmeraldas, cercana a la frontera con Colombia, hay aproximadamente 1.500 de sus miembros detenidos y otros 3.000 delinquiendo.
En comparación, los cálculos del Gobierno colombiano dan cuenta de que la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN), actualmente la más grande del país, tiene 3.000 integrantes armados, la mitad de los cuales se encuentra en la vecina Venezuela, lo cual evidencia, solo en números, la dimensión del problema que enfrenta Ecuador.
Llegaron los mexicanos
Al poseer Guayaquil el principal puerto marítimo de Ecuador, los carteles mexicanos vieron una oportunidad de negocio para procesar, almacenar y exportar la droga procedente de Colombia.
De hecho, entre enero y septiembre de 2023 la Policía ecuatoriana incautó 20,9 toneladas de drogas en diversos operativos realizados únicamente en la provincia de Guayas, cuya capital es Guayaquil.
Datos del Ministerio de Gobierno indican que hasta finales de agosto a nivel nacional se habían incautado cerca de 37 toneladas de droga de distinta clase, equivalentes a más de 300 millones de dosis y teniendo un valor promedio en Europa aproximado a los 50.000 dólares el kilogramo (unos 45.535 euros).
Persiguiendo esas jugosas ganancias llegaron los mexicanos del Cartel de Sinaloa, que tienen para Braganza «unos estándares de violencia mucho más altos que los que había en Ecuador».
Este cartel trabaja de la mano con José Adolfo Macías Villamar, alias ‘Fito’, quien se fugó de la cárcel regional de Guayaquil este 7 de enero cuando las autoridades pretendían trasladarlo a una prisión de máxima seguridad, lo que generó disturbios y derramamiento de sangre en varias cárceles del país.
También, el Cartel Jalisco Nueva Generación quiso tener un pedazo del pastel de las drogas que circulan por Guayaquil y así «la disputa entre estos dos grupos de narcotraficantes mexicanos se trasladó a tierras ecuatorianas», precisó el experto.
La gota que derramó el vaso se dio el martes. Ese día, Noboa declaró el «conflicto armado interno» para «disponer la movilización e intervención de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional en el territorio nacional para garantizar la soberanía contra el crimen organizado transnacional», según el decreto.
Tras ese primer y contundente paso «el Gobierno tiene que mantenerse firme en las decisiones que ha tomado; capacitar y equipar a la Policía y a las Fuerzas Armadas y darles la dignidad que requieren», y actuar contra «aquellos que estén implicados en actos de corrupción para enviarlos a la cárcel, al lado de los pillos», sostuvo Braganza.
Además, puntualizó, «los grupos especiales de las autoridades tienen que estar en la calle, operando con toda su fuerza logística» para ganarle la guerra a los narcotraficantes que azotan a Guayaquil.
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