Roma.- Lejos de los exorcismos que muestran en las películas, repletos de poseídos que gritan y se contorsionan, este ritual de liberación es una práctica cada vez más profesionalizada gracias a los cerca de 800 sacerdotes que la realizan en todo el mundo.
«El demonio busca la espectacularidad, amedrentar diciendo ‘soy capaz de hacer estas cosas tan grandes’, pero por parte de la fe cristiana hay una respuesta muy humilde», explicó a Efe el teólogo español y experto en sectas Luís Santamaría, que imparte sus conocimientos en el curso sobre exorcismo que tiene lugar estos días en Roma.
Más de cien curas, monjas y laicos, entre ellos docentes y psiquiatras, están reunidos en la capital italiana para tratar la presencia de Maligno en “XVI Curso sobre exorcismo y plegarias de liberación”, uno de los de mayor renombre en el mundo, organizado por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum.
Durante seis días y por un precio de 450 euros, los asistentes estudiarán sobre posesiones demoníacas, la vida del exorcista, el peligro de las redes sociales y el ocultismo satánico, todo con el objetivo de dejar de lado la mitificación que ha causado el cine y la literatura de este asunto.
«Aunque el demonio te puede impresionar con mucho espectáculo es solo para acaparar la atención y no atender bien a la persona», según el padre Luís Ramírez, que como coordinador del curso resaltó a Efe que un exorcismo es mucho más que el ritual final.
Para luchar contra las distracciones de Satán, el curso dedica todo un bloque al rol de los psiquiatras en los exorcismos, una figura que ayuda a los sacerdotes a diferenciar entre un caso de posesión o de alguien con problemas psicológicos.
«Independientemente de saber si se necesita realizar un exorcismo, también hay que hacer todo un camino de discernimiento para no confundirlo con una depresión o una enfermedad psiquiátrica, que quizá tiene su causa en otra cosa no espiritual», sostuvo el teólogo mexicano.
Así es en «la mayoría» de los casos y así lo compartieron varios sacerdotes presentes en la inauguración del curso, que explicaron que, en los años que llevaban ejerciendo, solo se habían encontrado con un par de casos de posesión, en los que los afectados mostraban síntomas tener una fuerza sobrenatural o comprender lenguas arcaicas.
El resto fueron «personas con problemáticas» que solo necesitaban un guía espiritual que les «llevase por el camino de la fe».
Sin embargo, Santamaría destacó que los problemas que pesan a muchos hacen que «las personas se agarren a cualquier cosa que les dé una pizca de paz y bienestar interior», con ritos que se alejan a la fe como la brujería, el espiritismo u otras prácticas «de las que se deben alejar».
Además de los aspectos más formales, los interesados podrán conocer de primera mano los rituales que se practican en regiones como América Latina, de donde cada vez provienen más participantes, especialmente de Colombia y México: «Los obispos latinoamericanos han estado muy abiertos en el tema y en formar a su gente en los últimos años», dijo Ramírez.
El coordinador mexicano celebró que cada vez haya más religiosos que se profesionalizan en esta área, cerca de 800 sacerdotes en todo el mundo, la gran mayoría en Italia y España, con 290 y 37 exorcistas, respectivamente, según los últimos datos del único estudio sobre el asunto.
Sin embargo, algunos curas criticaron la falta de comunicación y apoyo dentro de la propia diócesis y del clero, una situación que «aísla al exorcista», afirmaron los autores de este estudio que lidera el Instituto de Sacerdotes.
Esto también ocurre, según Santamaría, porque el exorcismo es una práctica que, aunque no está bajo secreto de confesión, «requiere de una confidencialidad y discreción por parte de los exorcistas» para proteger tanto a quienes sufren como a los propios religiosos, que pueden ser rechazados por su entorno.
Desde el curso se quiere solventar esta problemática reforzando el diálogo entre católicos, pero también con otras ramas del cristianismo y otras religiones, que, al contrario de lo que se pueda pensar, también practican estos ritos.
Por ello, el curso sentará a un ortodoxo, un anglicano y un pentecostal para compartir sus experiencias, así como a un experto en exorcismo del Islam suní: «Será un puente con otra realidad en la que el fenómeno existe y el rito es eficaz», destacó el teólogo mexicano.
Andrea Cuesta EFE
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