Venezuela se mantiene a la expectativa del tan esperado y tradicional anuncio del salario mínimo que el Gobierno decreta cada 1 de mayo, Día del Trabajador.
Hasta este momento, tanto los empleados públicos como los pensionados perciben actualmente 5,25 dólares al mes, muy lejos de los 57 dólares mensuales que la Organización de Naciones Unidas (ONU) establece como salario mínimo de pobreza extrema. Y, aunque varios sectores de la sociedad venezolana han mantenido protestas de calle los últimos meses para exigir mejoras salariales, todo indica que, de haber un aumento, se quedará muy por debajo de lo esperado.
En medio de la incertidumbre, analistas financieros y economistas aseguran que el nuevo sueldo podría ser de entre 30 y 60 dólares.
«Una limitante para aumentar el salario es la inflación. No basta solo con ver cuánto dispone el Gobierno para financiar el incremento, sino cuál va a ser el efecto en la circulación de bolívares, porque el Gobierno sigue pagando sueldos en esa moneda. Eso lleva a pensar que cualquier aumento de salario va a llevar un incremento de la masa monetaria», explica a Tal Cual el economista de Ecoanalítica, Luis Bárcenas.
La gigante nómina del sector público, que supera los ocho millones de beneficiados entre empleados, militares y pensionados, impone una carga enorme para la deteriorada economía venezolana.
Actualmente, la liquidez monetaria reportada por el Banco Central de Venezuela (BCV) para la segunda semana de abril era de 28.551 millones de bolívares; mientras que el salario mínimo de Bs. 130 arropa apenas 1.040 millones de bolívares.
Un incremento salarial como el que se especula, en torno a 30 dólares, implicaría un sueldo de 742 bolívares para los ocho millones de beneficiarios, es decir, unos Bs. 5.936 millones mensuales. Los bolívares dedicados al pago de nómina del Gobierno se quintuplicarían.
«Ya con esos 30 dólares, que es un escenario supuesto, hablamos de que estarías incrementando notoriamente la cantidad de bolívares en la economía, en un entorno en el cual el bolívar no goza de credibilidad por parte del venezolano. Nadie quiere ahorrar en bolívares. Obviamente, ese aumento va a llevar a mayor inflación», insiste Bárcenas.
Por su parte, el economista e integrante del Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), José Guerra, aseveró que «sí hay cómo pagar un buen salario» en el país.
«Calculamos que se podría aumentar entre 100 y 150 dólares mensuales. Plata hay para un aumento razonable. Un aumento así se podría financiar», resaltó.
Por el contrario Henrique Capriles, candidato del partido Primero Justicia (PJ) a las primarias, advirtió que «no va a haber aumento salarial y van a seguir con la política de los bonos, algo absolutamente discrecional. Nadie puede vivir con 130 bolívares (5,25 dólares)».
Sueldo debería ser entre 400 y 510 dólares
Jorge Roig, miembro del Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y actor recurrente del Foro de Diálogo Social, ha recalcado durante las últimas semanas que las conclusiones de estas mesas técnicas serán presentadas al Gobierno, pero no tendrán carácter vinculante, pues solo el Ejecutivo puede decidir la fecha y el monto del salario mínimo.
En el seno de estas mesas técnicas han surgido diversas propuestas, como la difundida por la Central de la Alianza Sindical Independiente (ASI), que asoma la posibilidad de aprobar un aumento de salario que alcance los 200 dólares mensuales.
El razonamiento de la Central-ASI es que una familia con al menos dos miembros activos laboralmente pueda cubrir la mayoría de los productos de la Canasta Alimentaria Familiar, que alcanzó los 510 dólares según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
Ni siquiera esta propuesta permite el cumplimiento de la Constitución, pues el artículo 91 establece que el salario mínimo debe tomar como referencia el costo de la canasta básica, ubicada alrededor de los 500 dólares.
El gran dilema es que todo apunta que la subida que realizará el Gobierno no va a satisfacer a los venezolanos, ni siquiera a la OIT, que apostaba por un gran incremento salarial que llegue hasta los 400 dólares.
Distintos sindicatos, incluidos algunos socialistas, convocaron para este lunes una marcha llamada «gran jornada de protesta nacional», en reclamos de salarios y pensiones dignas. En paralelo, el chavismo acompañará a Nicolás Maduro en su habitual concentración del Día del Trabajador.
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