Roma, Italia. La extradición del exjugador brasileño Robson de Sousa «Robinho», condenado este miércoles por el Tribunal Supremo italiano a nueve años de prisión por violar a una chica de 23 años en 2013 en Milán, está en manos de Brasil, que tiene derecho legal a rechazar las eventuales peticiones oficiales de Italia.
El artículo 6 del Tratado de Extradición entre Italia y Brasil, firmado en Roma en 1989 y ratificado en 1991, prevé el derecho de rechazar una petición de extradición si la persona involucrada «es ciudadana del país al que se pide dicha extradición», destaca en una entrevista con EFE el abogado italiano Angelo Cascella, experto de derecho deportivo.
«Eso funciona con personas que no sean brasileñas o italianas, pero en este caso, se trata de un ciudadano brasileño y Brasil puede negarse. Eso sí, Italia podrá presentar los detalles de la condena, explicarlos a Brasil, y luego se tomarán unas medidas», explica.
Antes de que Italia pueda formalizar la petición de extradición, de todas formas, será necesario esperar que se aclaren las razones de la decisión del Supremo, algo que puede tomar algunos días o algunas semanas.
Existen, no obstante, otras situaciones que, potencialmente, podrían permitir la detención de Robinho.
«Puede ser que Italia pida una orden de detención internacional. En Europa, los países tienen un acuerdo por el que este trámite es más simple. A nivel internacional, eso vale si el condenado viaja a otro país, que tiene un acuerdo con Italia para la extradición», informó Cascella.
Un arresto provisional en Brasil también es una posibilidad, aunque evidentemente el país sudamericano seguiría teniendo la última palabra.
El Supremo italiano rechazó el recurso presentado por los abogados de Robinho, que defendieron al futbolista al asegurar que la chica tuvo relaciones sexuales voluntarias con el brasileño.
Para la sentencia definitiva fueron importantes algunas llamadas telefónicas interceptadas en las que Robinho aseguraba: «Me da risa porque no me interesa, la mujer estaba borracha, ni sabe lo que pasó».
La condena a Robinho había sido confirmada en 2020 por la Corte de Apelación de Milán, que consideró que el jugador, ex del Real Madrid o del Manchester City, entre otros, «humilló brutalmente» a la víctima y desvió voluntariamente las investigaciones.
Robinho jugaba en el Milan en 2013 y participó junto a un amigo, Riccardo Falco, en la violación de una chica de 23 años que estaba celebrando su cumpleaños en un conocido local milanés.
No hay grandes peligros de que el crimen prescriba, pues la legislación italiana prevé plazos de prescripción muy largos en estos casos, que pueden superar los 12 años.
Robinho fue condenado a nueve años de reclusión por la jueza Mariolina Panasiti, de la IX Sección Penal del Tribunal de Milán, por haber violado a una albanesa de 23 años el 22 de enero de 2013 en una discoteca milanesa junto a otras cinco personas, cuando jugaba en el Milan.
La legislación italiana prevé tres instancias de juicio, la primera y la segunda son de «mérito», en las que se estudian los hechos, mientras que la tercera es de «legitimidad», en la que se comprueba la correcta aplicación de los principios y normativas de la ley transalpina.
EFE noticias
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