Calais, Francia. La caravana del Tour saltó desde Dinamarca al norte de Francia para disfrutar de una primera semana de descanso que no agradó a todo el mundo, pues algunos consideran el parón innecesario después de solo tres días de competición. Un traslado que colocó al pelotón ante una semana atractiva en la que se van a presentar dos citas claves: los adoquines de la Roubaix el miércoles y la primera llegada en alto del viernes en La Planche des Belles Filles.

«Sólo hemos corrido 3 etapas, y cuando estás cogiendo el ritmo tienes que viajar y parar. Yo no tenía ganas de descansar aún ni de tener el día libre», dijo el británico Geraint Thomas, ganador del Tour 2018, algo cansado después del traslado desde Sonderborg a Lille.

El doble ganador del Tour, el esloveno Tadej Pogacar, se tomó la jornada con más filosofía, pero ante todo contento por el hecho de descansar. «Es como esos períodos de entrenamiento en los que haces tres grandes días de trabajo y luego un día de recuperación. Estoy ansioso por volver a competir», comentó el gran favorito de la 109 edición.

RESPETO POR LA BATALLA DE LOS ADOQUINES

Los equipos y caravana del Tour se repartieron principalmente en torno a Lille y Calais, en el entorno de las próximas etapas. En el debate dos citas que van a marcar la semana, y quien sabe si el Tour: la de los adoquines, la quinta etapa, entre Lille y Arenberg, con 11 sectores adoquinados que imponen respeto, marcada en rojo por las diferencias que puede arrojar. Y la séptima etapa como primer examen de montaña con la meta en la cima de La Planche des Belles Filles.

El belga Wout Van Aert estrenará la semana con el maillot amarillo, y lo defenderá con uñas y dientes en un terreno que conoce y domina como gran clasicómano que es. Su batalla será la de prolongar el liderato, si bien el líder real para la general definitiva es Pogacar, el mejor colocado desde la crono inicial en Copenhague.

Pogacar entrará en los primeros exámenes importantes con 8 y 9 segundos sobre Vingegaard y Roglic, 18 respecto a Geraint Thomas, 37 y 42 sobre los colombianos Daniel Martínez y Nairo Quintana y 49 delante del español Enric Mas.

RESPETO AL PAVE

Todos los hombres de la general miran con respeto a la etapa del «pavé». Saben que el estropicio puede ser mayúsculo en un recorrido corto, de 157 km, con 11 tramos de traqueteo permanente que suman un total de 20 km, todos de más de 1 km de longitud. Una jornada que la mayoría de candidatos ha ido a inspeccionar en primavera, coincidiendo con la disputa de las grandes clásicas.

Tadej Pogacar compitió este año por primera vez en A Través de Flandes y Tour de Flandes para acumular experiencia en el terreno adoquinado. Más tarde el ciclista del UAE reconoció el famoso tramo del Arenberg, una de las grandes referencias de la París-Roubaix.

PRIMOZ ROGLIC SE APUNTO AL RETO

Otro corredor que se apuntó a la experiencia de correr sobre adoquines fue Primoz Roglic, quien destacó sus sensaciones después de correr el G.P Denain y ser protagonista dentro de una escapada.

“Fue un día especial y difícil, pero salió bien. Es completamente diferente correr sobre adoquines. Aprendí cosas a las que no estaba acostumbrado, como el nerviosismo previo a las secciones de adoquines”, añadió Roglic, quien estuvo allí con Jonas Vingegaard, la otra baza del Jumbo-Visma para la general del Tour de Francia.

Según recuerda Roglic, “buscar una buena posición es muy importante, y eso es lo que lo hace peligroso.

ENRIC MAS TENDRÁ SU BAUTIZO

El español Enric Mas también tendrá su bautizo en una jornada con tramos adoquinados. El balear y el equipo Movistar también aprovecharon las clásicas para acercarse al entorno de Arenberg y rodar en esa superficie.

«La etapa de los adoquines la hemos ido a ver 2-3 veces porque para mí es nueva. Creo que la puedo hacer bien, estoy motivado y me emociona porque es un escenario que has visto por televisión. Además sabes que las diferencias pueden ser grandes».

LA PLANCHE DES BELLES FILLES, PRIMER DUELO DE ALTURA

Tras la etapa adoquinada llegará una jornada de transición propicia para esprinters o aventureros entre Binche – Longwy, pero atención, después de la paliza del día anterior y con un recorrido de 220 km alguno se puede llevar algún disgusto

El viernes séptima etapa entre Tomblaine y La Super Planche des Belles Filles (viernes 8 de julio), primera gran llegada en alto del Tour de Francia con un recorrido de 176,3 kilómetros, cita que se ha convertido en clásica del Tour de Francia. En el escenario donde Roglic perdió el Tour 2020 ante Pogacar en 2020 los escaladores están llamados al combate. Tendrán 7 km al 8,7% con unas durísimas rampas del 20% y del 24.

CIERRE EN SUIZA

La semana se cerrará en Suiza con la octava y novena etapas, la primera entre Dole y Lausana, de media montaña, y la segunda entre Aigle y Châtel les Portes du Soleil que será exigente con 2 puertos de 1a, el Col de la Croix (8,1 km al 7,6) y el Col de Morgins, con la cima a 7 km de meta, que también tiene un tramo previo elevado.

Una semana que presenta alicientes para la gestión de la general. Los clasicómanos tendrán ventaja en los adoquines. Van Aert y Van der Poel serán dos gigantes en un terreno que devora al débil o a aquel que tenga cualquier problema en un momento de refriega. Luego, en la montaña, los elegidos se dejarán ver en lo más alto. Empieza la lucha en el Tour de Francia.

Este martes la cuarta etapa llevará al pelotón de Dunkerque a Calais con un recorrido ondulado de 171,5 km, que incluye 6 cotas de cuarta. Los aventureros y los esprinteres sobre aviso.

EFE deportes

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