Berlín.-La Feria del Libro de Fráncfort, considerada como el mayor mercado de derechos de autor del mundo, presentó su edición de este año que, debido a la pandemia del coronavirus, será una edición de pabellones vacíos y donde la mayoría de las actividades se han desplazado al ámbito digital.
«Admito que estoy muy decepcionado por no haber podido hacer una feria física este año, de no haber podido juntar a la gente del sector», dijo el director, Jürgen Boos, en la conferencia de prensa inaugural.
Pese a ello, Boos aseguró que la edición especial que ha forzado la pandemia tiene una ventaja y es que mucha gente, que en ningún caso hubiese podido ir a la Feria por obstáculos económicos, tendrá la ocasión de asistir a ella.
«Por primera vez la feria es accesible a gente que no puede venir físicamente», dijo.
No obstante, el director de la feria subrayó más tarde, en la ronda de preguntas, que el certamen digital no reemplaza a la feria física, aunque las experiencias que se obtengan servirán en el futuro como un complemento.
«La feria digital no reemplaza la mesa corporal. A la creatividad pertenece también algo de caos y de encuentros casuales, eso no se consigue por vía digital. Lo digital es un complemento», dijo.
Los encuentros serán reemplazados este año por teleconferencias y actos que forman parte de un programa cultural de 62 horas, que serán transmitidos por diversos canales.
También las fiestas habituales tras los horarios de la feria procurarán reflejarse a través de un espacio digital llamado The Hof, en alusión al hotel Frankfurter Hof, donde suelen encontrarse editores y agentes en las noches.
Prácticamente hasta última hora se planteó la posibilidad de que al habitual centro de presentaciones de libros de la primera cadena de la televisión pública alemana (ARD) tuviesen acceso un número limitado de espectadores, pero a última hora se descartó.
«Es una situación peculiar. He participado en muchas inauguraciones de la Feria y este año todo es distinto», dijo el primer ministro del estado federado de Hesse, donde está situada Fráncfort, Volker Bouffier.
«Todos los años el mundo mira hacia este certamen único y cada día miles de personas entran por las puertas del centro de exposición en busca de estímulos, pero ahora el coronavirus lo ha trastornado todo», agregó.
La presidenta de la Asociación de Libreros Alemanes, Karin Schmidt-Friedrich, señaló el duro golpe que ha sido la pandemia para el mundo del libro, cuya facturación en Alemania bajó en los primeros meses un 15 por ciento, pero agradeció a la vez el apoyo que ha habido de parte de los responsables políticos y de los lectores.
«Se ven películas, se usa internet pero la gente también lee en tiempos en que le faltan los amigos», dijo.
Ahora, la situación ha mejorado y la caída de facturación, con respecto a octubre de 2019, es del 4,5 por ciento.
«No tenemos cifras exactas pero se tiene la impresión de que el interés por la literatura ha aumentado, empezando porque se ha vuelto a descubrir ‘La Peste’, de Camus», dijo a modo de ejemplo.
A la edición digital de la Feria se han inscrito 4.400 expositores de todo el mundo.
La conferencia de prensa inaugural de este año, que se realizó en formato digital, no contó con un invitado internacional, a diferencia de lo que se ha vuelto costumbre en años anteriores, lo que también tiene que ver con las limitaciones impuestas por la pandemia.
Boos resaltó que, pese a todos los problemas, la Feria procurará seguir siendo tanto una plataforma de negocios como un lugar donde se reflejen los debates actuales.
Así, por ejemplo, este año habrá actos relacionados con los derechos de las minorías, así como con crisis actuales como la de Bielorrusia.
El invitado de honor de este año es Canadá, que tendrá en la edición especial un programa digital con una delegación virtual de escritores.
No obstante, si la pandemia lo permite, en 2021 Canadá hará en Fráncfort su presentación como invitado de honor en el formato tradicional.
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