“Después de esto, Jesús iba de un lugar a otro por Galilea; no quería estar en Judea porque los judíos deseaban matarle. Se acercaba la fiesta de los judíos llamada de Tiendas. Solamente después que sus hermanos fueron a la fiesta subió él también, pero sin decirlo y como en secreto. Algunos habitantes de Jerusalén decían: «Pero, ¿no es éste al que quieren matar? Ahí lo tienen hablando con toda libertad y no le dicen nada. ¿Será tal vez que nuestros dirigentes han reconocido que él es el Mesías?  Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde viene.» Entonces Jesús dijo en voz muy alta mientras enseñaba en el Templo: «Ustedes dicen que me conocen. Ustedes saben de dónde vengo. Sepan que yo no he venido por mi propia cuenta: quien me envía es el Verdadero, y ustedes no lo conocen. Él es el que me ha enviado, y yo lo conozco porque vengo de él.» Los judíos hubieran querido llevarlo preso, pero nadie le puso las manos encima porque todavía no había llegado su hora”.

Reflexión hecha por Luis Perdomo Animador Bíblico de la Diócesis de Ciudad Guayana. Venezuela

La Iglesia universal, celebra hoy la fiesta, entre otros santos, en honor a San Oscar Arnulfo Romero. arzobispo de San Salvador, nació en El Salvador el 15 de agosto 1917, en la Ciudad Barrios, departamento de San Miguel. Monseñor Romero se caracterizó por ser un siempre incansable luchador de los derechos humanos. Abrió las puertas de la Iglesia a los campesinos desplazados y condenó la represión del Ejército durante la guerra civil salvadoreña (1980-1982). A lo largo de su vida se encargó de denunciar la violencia militar, razón por la que fue asesinado, un día como hoy, 24 de marzo, de 1980, mientras ofrecía una misa. Fue santificado en octubre de 2018 por el papa Francisco,

Y la liturgia diaria, nos presenta al Evangelio de Jesucristo según San Juan, capítulo 7 del verso 1 al verso 30. En el que se relata la subida de JESÚS, casi de manera incógnito, a Jerusalén para estar presente en la celebración de las fiestas de las chozas. Y además de eso, se discute sobre el origen Divino de JESÚS y de Su Mensaje. Y que al igual que en los Evangelios Sinópticos, se destaca la falta de Fe de la comunidad judía, ya que los judíos afirmaban que del Mesías no se conocería su procedencia y que debía permanecer oculto hasta el momento de su Revelación al pueblo de Israel, y como ellos sabían de donde venía y que hacía JESÚS, no podía ser el Mesías.

Frente a la opinión equivocada de los judíos que se creen muy conocedores de las Escrituras, JESÚS se presenta como el Enviado de DIOS. No lo hace como quien se vale de un título para imponerse, sino que más bien subraya su total dependencia del Padre y el conocimiento que tiene de Él. Y aunque JESÚS, Revela Su Identidad y Misión, para el conocimiento pleno de estas realidades de Fe, será necesario esperar “la manifestación de su hora” (Jn 7,30). Pero, sin embargo, la obstinación de sus paisanos, fuerza a que la verdad sobre JESÚS sea llevada, al mundo pagano, que la acepta de una mejor manera

Al confrontarnos con el texto, y revisar nuestro conocimiento de JESÚS, y de Su Misión de Restauración para la humanidad, nos damos cuenta que de que a pesar de que hayamos leído muchos libros y hayamos escuchado muchas charlas, JESÚS todavía sea un desconocido para nosotros. Ya que como nos los ha enseñado el Magisterio de la Iglesia a JESÚS se le va conociendo cuando uno entra en contacto con Él, en la oración, en la vivencia de los sacramentos y en la meditación y contemplación de Su PALABRA. Ya que es allí donde JESÚS se nos Revela quién es de Verdad, y como quiere que nosotros nos configuremos con Él, y ser sus verdaderos seguidores.

Y es que, para conocer verdaderamente a JESÚS, hay que meditar la Sagrada Escritura, en la cual hallaremos la orientación necesaria para entender Su Mandamiento, de “amarnos los unos a los otros” porque tal como lo dijo San Jerónimo: “el desconocimiento de la Sagrada Escritura es el desconocimiento de JESUCRISTO”. Debemos, pues, descubrir en la Sagrada Escritura, quién es JESÚS y, en la medida en que lo vayamos descubriendo, iremos también progresando en el camino de nuestra salvación y habremos adquirido la capacidad de ver las cosas a la LUZ del Espíritu de DIOS, para integrarnos en la Gran Misión de hacer realidad el Reino de los Cielos aquí en la tierra.

Señor JESÚS, ayúdanos a entender con la fuerza de Tu Espíritu, que, para poder llamarnos seguidores tuyos, tenemos que vivir de acuerdo a tus designios de AMOR, lo que nos acarreará desprecios e incomprensiones y esa será la mejor prueba de que estamos en el camino correcto.

Amén

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