La capital de Finlandia recibió este jueves al presidente estadounidense, Joe Biden, con estrictas medidas de seguridad y la vista puesta en Rusia, ante el temor de que su visita pueda ser interpretada como una provocación.
Las calles del centro de Helsinki se encontraban completamente cerradas al tráfico. Guardias vestidos con uniformes azul oscuro y chalecos amarillos custodiaban cada esquina, mientras una hilera de vallas marcaba la ruta por la que pronto circularía el líder estadounidense.
Detrás de esas vallas, cientos de finlandeses, muchos de ellos jóvenes, esperaban ansiosos para ver pasar la «Bestia», el Cadillac One de color negro en el que se desplaza Biden.
El último presidente de Estados Unidos que visitó Helsinki fue Donald Trump (2017-2021), quien en 2018 se reunió en esta ciudad con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Desde entonces, mucho ha cambiado: el 24 de febrero de 2022, Putin ordenó la invasión de Ucrania, lo que llevó a Finlandia, junto con Suecia, a abandonar la posición de neutralidad que habían mantenido durante tres décadas y solicitar su ingreso en la OTAN.
Finlandia se convirtió en el miembro número 31 de la Alianza en abril de 2023 y Suecia podría pronto seguir sus pasos, después de que Turquía anunciara esta semana que levantaba el veto a su candidatura.
Entre los finlandeses que esperaban con gran expectación a Biden se encontraba Johanna Lahtela, de 58 años y que había pasado la mañana paseando con una amiga y observando cómo Helsinki se había transformado en una fortaleza en las últimas horas.
«Estaba justo hablando con mi amiga sobre todo esto. ¿Por qué han puesto tanta seguridad? ¿Solo por Biden, solo por un hombre? Creo que es por algo detrás. Es para que todo el mundo pueda ver que, en Finlandia, tenemos seguridad, tenemos policías y podemos defendernos», manifestó Lahtela en declaraciones a EFE.
Ella misma, al igual que muchos finlandeses, se había opuesto durante décadas a que Finlandia se integrara en la Alianza Atlántica, pero la invasión rusa de Ucrania lo cambió todo.
«Fue de la noche a la mañana. Me fui a dormir pensando como siempre y, al despertar, estaba convencida de que teníamos que unirnos a la OTAN», explicó la finlandesa.
Para Lahtela, la visita de Biden también significa «apoyo» para el pueblo finlandés y una especie de «aviso» para Rusia, que comparte una frontera de más de 1.300 kilómetros con Finlandia.
«Me siento segura porque somos parte de la OTAN. Biden, al venir, nos está transmitiendo que podría defendernos si fuera necesario. Pero, Putin es impredecible y nunca se sabe lo que podría hacer», añadió con cierta alarma Lahtela.
Finlandia estableció relaciones formales con la OTAN en 1994, pero durante años mantuvo cierta distancia debido a la complicada relación con su vecina Rusia.
Sin embargo, la opinión pública finlandesa comenzó a cambiar gradualmente en 2014, después de que Rusia anexara la península ucraniana de Crimea, según las encuestas realizadas por el centro de pensamiento Foro de Negocios y Políticas de Finlandia (EVA), que ha examinado durante años la opinión de la población sobre la OTAN.
La invasión rusa de Ucrania el año pasado fue lo que acabó por cambiar la opinión de los finlandeses, que llegó a apoyar en un 78 % la adhesión a la OTAN en noviembre del año pasado, cinco meses antes de que el ingreso a la organización militar se hiciera realidad.
Finlandia participó por primera vez como miembro de pleno derecho en la cumbre de líderes de la OTAN que concluyó el miércoles pasado en Vilna después de dos días de reuniones.
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