Francisco Álvarez concluyó mayo entre los mejores bateadores de las Grandes Ligas, luego de un lento comienzo en abril, después de ser promovido por los Mets de Nueva York.
Esa capacidad ofensiva no es motivo de sorpresa, tomando en cuenta que su principal herramienta, desde su firma y mientras se desarrollaba en el sistema de granjas de los metropolitanos como prospecto, ha sido su bate. Sin embargo, al novato ha ido fortaleciendo el lado defensivo de su juego, lo que le ha granjeado elogios.
“Es algo que no estábamos seguros de cómo sería, pero su aptitud es sobresaliente”, comentó el entrenador de receptores de Nueva York, Glenn Sherlock sobre Álvarez, al diario New York Post. “Su preparación es genial… Estudia. Está listo”.
El ideal de los scouts, cuando observan a un cátcher, es su mascota, sus habilidades al bloquear, llamar el juego, potencia del brazo al lanzar a la bases y comunicación con los lanzadores. En el caso de Álvarez, esas destrezas no eran su fuerte. Pero el valenciano se encamina a ser uno de los pocos máscaras que pueden destacarse en ambos lados del campo.
Hasta el martes, el OPS promedio de las Mayores para los receptores era de .690, el peor de las nueve posiciones. Álvarez amaneció este viernes con .831 y terminó el mes pasado con 1.029, el octavo del beisbol entre los peloteros con al menos 60 apariciones en el plato y el mejor entre sus colegas, de acuerdo con Baseball-Reference.
Esa estadística no obnubiló a Sherlock, que siguió encomiando su actitud al colocarse los aperos. “Cada día aprende más, suma conocimientos”.
“El cuerpo de lanzadores sabe lo preparado que está para el juego, y creo que tienen mucha confianza en él”, agregó el instructor, quien también valora su madurez.
Sexto catcher
Según Baseball Savant, Álvarez es el sexto catcher de todo el béisbol en términos de encuadrar envíos (49.5%). Esto es convertir pitcheos en strike que están fuera de la zona o están en la frontera. “Tiene manos extremadamente rápidas”, acotó Sherlock. “Es explosivo y atlético, mientras que cuenta con una buena flexibilidad”.
Todo tiene que ver con su ética de trabajo y los ajustes que ha hecho, abundó Sherlock. Antes de los partidos, revisan videos de juegos anteriores y Álvarez pregunta sobre ciertas situaciones, por ejemplo, cuándo se requiere una visita al montículo.
Algo fundamental en un novato, de apenas 21 años de edad, para una posición tan exigente. El gran reto para los reclutas, es adaptarse y ser consistentes a un nivel de juego, que no se acerca a su experiencia en Ligas Menores.
Las lesiones de Tomás Nido (que está de vuelta) y Omar Narváez (rehabilitándose en las filiales de los Mets), abrieron la posibilidad para que Álvarez incrementara su tiempo de juego. Cuando regresó Nido, la decisión fue fácil para la gerencia de Nueva York. Lo reinsertaron en el roster activo, tras colocar en asignación a Gary Sánchez, contratado por algunos días para servir de respaldo al bisoño venezolano.
Pero con Narváez, quien firmó un contrato por un año y $8 millones, con una opción por $7 millones para 2024, para cargar con buena parte de la titularidad, no será tan sencillo, a menos que los oficiales del club decidan ir con tres caretas, pues ya no es una opción devolver a Álvarez al conjunto Triple A de la organización.
“En este instante, pienso que Francisco tiene el chance de ser una fuerza importante en diferentes lugares de la alineación”, destacó el mánager Buck Showalter.
El toletero derecho ligó para .292/.363/.667 (21-72), con 11 anotadas, seis dobles, siete jonrones, 17 RBI y seis boletos, en 22 encuentros el mes pasado.
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