La severa crisis económica que vive desde hace años Venezuela, ha afectado al sector funerario del país y en particular al del estado Lara.
Los incrementos en los costos de servicios funerarios y la dificultad de los dueños de estos recintos para poder ofrecer una óptima correspondencia a sus clientes, han sido quizás los problemas más serios que se registran en la actualidad.
Pedro Navarro, presidente de la Funeraria La Coromoto, una de las más longevas de la entidad, expuso que entre los problemas más serios que han tenido, se encuentran la adquisición de ataúdes de metal, cuya producción ha mermado por lo que han debido ofrecer urnas de madera.
“Nos permitían resolver el problema y su calidad ha mejorado. Pero estamos esperanzados que SIDOR, nuestro proveedor directo, regrese y podamos volver a adquirir ataúdes de metal. Mientras tanto trabajamos con urnas de madera y garantizamos su seguridad por medio de Sencamer”, dijo Navarro.
En cuanto a la situación del transporte y las flotas vehiculares de las funerarias, Navarro comentó que de 12 carrozas que tenía su funeraria, hoy le sobreviven 6, debido a la crisis de insumos, autopartes y los episodios de escasez de gasolina.
Secuelas de la pandemia
“Todas las funerarias ayudamos a los familiares de fallecidos como podíamos, sobre todo en Pandemia, período en el que trabajamos como pudimos. Todos nos ayudamos unos con otros, aunque hubo un decreto en el que se prohibieron las velaciones en las funerarias, que concentraran muchas personas”, añadió.
Navarro precisó que las funerarias fueron previsivas en el momento de la pandemia para evitar mayores contagios por coronavirus, y pese a que si resultaron económicamente afectadas, hoy permanecen abiertas y dispuestas a ofrecer su servicio al público.
Con información de El Impulso
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