Sao Paulo, Brasil. La Copa América de Brasil se acerca a su fin después de casi un mes en el que ha pasado casi inadvertida en el país del fútbol, con peores audiencias que la Eurocopa, un impacto negativo en redes sociales y una afición local que sólo miró de reojo lo que ocurría en un torneo desprovisto de alma.

Sin público en las gradas, ni la posibilidad de recibir turistas, la competición continental se ha vivido con escaso entusiasmo en un Brasil asolado por la pandemia, con cerca de 20 millones de positivos y casi 530.000 muertos.

El desinterés del público brasileño ha sido notorio y la movilización social que normalmente rodea a la Canarinha en las grandes citas, inexistente.

Las restricciones sanitarias por la covid-19 han tenido parte de la culpa, así como el clima de luto que atraviesa el país de norte a sur, que también lidia con índices de desempleo récord.

«Que yo recuerde es el torneo que generó más desinterés. Ni en mis pesquisas consigo acordarme de otro igual», afirmó a Efe Lívia Magalhaes, profesora de Historia en la Universidad Federal Fluminense y autora de varios estudios sobre historia del fútbol.

Según Magalhaes, ese «desgaste» por la crisis sanitaria después de dieciséis meses «sin respiro» se ha unido a otros factores de corte político, como la forma en que se trajo la Copa América a Brasil, a última hora y con la bendición del presidente ultraderechista Jair Bolsonaro.

«Tenemos que afrontar que no estamos en un momento de conmemoraciones en Brasil y la Conmebol ignoró eso de una forma absurda», apuntó.

También pesó, según la historiadora, la postura de los jugadores, que pasaron de airear un posible boicot a abrazar el torneo. Una vez la pelota empezó a rodar sus críticas se centraron apenas en el mal estado de los terrenos de juego.

DESENCANTO EN LAS CALLES

En Río de Janeiro, escenario de la final del próximo sábado entre Brasil y Argentina, no es difícil cruzarse con hinchas desencantados.

«No, de ninguna manera seguí (la Copa América). No hay interés, ya no es el fútbol que era. El objetivo hoy es mucho por lo financiero», opinó Marcos de Oliveira, comerciante de 47 años.

Michelle Alcántara, trabajadora autónoma de 21 años, confesó que siguió con más ánimo la Eurocopa porque allí «las personas están vacunadas, hay aficionados» en los estadios y eso «acaba creando un clima más agradable» para ver los partidos por televisión.

Las audiencias de la Copa América en Brasil han sido discretas y en muchos casos inferiores a la Eurocopa. Las populares telenovelas también se han situado por encima en cuota de pantalla.

El torneo americano es transmitido por SBT y los canales del grupo Disney (ESPN y FOX Sports), mientras que Globo, el mayor grupo de comunicación del país, exhibe los partidos de la Euro.

En Sao Paulo, el principal mercado de TV de Brasil, la semifinal entre España e Italia, por ejemplo, atrajo de media al mismo número de telespectadores que la semifinal entre Brasil y Perú.

La otra semifinal entre Argentina y Colombia tuvo una audiencia tres veces menor que las telenovelas exhibidas ese día en Globo.

IMAGEN NEGATIVA EN REDES

Por otro lado, el movimiento en Twitter Brasil también ha sido «relativamente bajo», con un impacto «muy negativo» generado por la grave situación de la pandemia, según explicó a Efe Leonardo Rios, vicepresidente para Latinoamérica de Knewin.

Knewin es una empresa brasileña que se encarga de monitorear y analizar qué informaciones circulan en medios de comunicación y redes sociales.

Desde el 13 de junio, día de la inauguración de la Copa América, hasta este miércoles, analizaron casi 50.000 tuits relacionados con el tema.

Según sus datos, hubo un pico de participación al comienzo, muy vinculado con la ola de indignación por traer el torneo al país con la pandemia aún fuera de control, y luego el interés ha ido cayendo paulatinamente.

«La Copa América no consiguió separarse de la covid», sentenció Rios.

 

EFE noticias

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