La Franja de Gaza recibió este viernes 1,6 millones dosis de vacunas contra la polio con las que se pretende inmunizar a todos los menores de 10 años, a la espera de una pausa humanitaria que permita llevar a cabo la campaña; mientras Israel mantiene su ofensiva en el centro y sur del enclave.
«La campaña de vacunación no será factible por sí sola a la luz de la falta de saneamiento, agua potable, suministros de higiene personal y la propagación de aguas residuales entre las tiendas de campaña de los desplazados, y en ausencia de un ambiente saludable», advirtió el Ministerio de Sanidad de la Franja, controlado por Hamás.
El hasta ahora único caso detectado de polio hace una semana, un bebé de diez meses sin vacunar -el primer caso en la Franja en 25 años, tiene ya su cuerpo paralizado y su vida está el peligro, informó el secretario general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini.
«Es una noticia muy triste. La polio no distinguirá entre niños palestinos e israelíes», afirmó Lazzarini en X sobre la rápida propagación de la enfermedad ante la falta de saneamiento.
El jefe de UNRWA pidió una pausa en los combates para poder desarrollar la campaña en condiciones de seguridad: «Retrasar una tregua humanitaria aumentará el riesgo de propagación entre los niños».
El Cogat, el organismo militar israelí que gestiona los asuntos civiles en los territorios palestinos, confirmó la llegada de las vacunas y de los equipos de refrigeración necesarios para transportarlas, en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef.
Por su parte, el Ministerio de Sanidad de la Autoridad Palestina -que trabaja en coordinación con el de Gaza y las agencias de la ONU- informó de que ya está todo listo para lanzar un «plan nacional» contra la polio, para lo que ya se ha seleccionado y capacitado a los equipos médicos y habilitado unos 400 centros de vacunación.
Está previsto que la campaña, que se prolongará durante un mes al ser necesarias dos dosis, comience la próxima semana en las gobernaciones del sur de la Franja, con una tasa de cobertura superior al 95 %, unos 640.000 niños.
Desplazamiento y hacinamiento
La OMS confirmó el pasado 19 de julio el hallazgo de poliovirus en seis de las siete muestras ambientales que tomó en Gaza en junio, lo que hacía temer que se produjera un brote en el enclave, donde la escasez de productos de limpieza e higiene, el hacinamiento de la población y la contaminación, así como la escasez de agua a raíz de la ofensiva israelí fomentan el contagio de enfermedades.
Además de polio, hay una alta incidencia de enfermedades cutáneas infecciosas, así como diarrea y un brote de más de 40.000 casos de hepatitis A, que se ha propagado descontroladamente, sobretodo en los campamentos de desplazados, donde los gazatíes viven cada vez más hacinados ante las nuevas órdenes de evacuación, las últimas ayer en el área de Jan Yunis, reduciendo aún más la «zona humanitaria».
Israel ha emitido solo este mes 12 órdenes de evacuación, principalmente en el área sureña de Jan Yunis, pero también en Deir al Balah; en el centro, forzando el desplazamiento de unas 250.000 personas, según la UNRWA.
«Las familias se desplazan repetidamente, llevando lo que pueden en medio de las operaciones militares y el calor del verano. No hay escapatoria de este ciclo agotador en la Franja de Gaza», denunció en X. El 90 % de la población de Gaza, más de 2 millones, ha sido desplazada durante la guerra.
El Ejército israelí aseguró este viernes haber eliminado «en combates cuerpo a cuerpo» a decenas de combatientes de Hamás en Jan Yunis y Deir al Balah; mientras su fuerza aérea atacaba unos 30 objetivos de los islamistas.
Medio centenar de personas han muerto en toda la Franja de Gaza en las últimas 48 horas, según la Defensa Civil. El hospital Naser, de Jan Yunis, recibió desde el amanecer 13 cadáveres, y se reportaron bombardeos en el barrio de Suhaila, donde ayer el Ejército ordenó nuevas evacuaciones.
El Ejército también informó de la destrucción de una escuela en Zaytun, barrio de ciudad de Gaza, que servía como «centro de comando» de Hamás; además de desmantelar un túnel de un kilómetro de largo en el área meridional de Rafah, donde se han destruido más de 150 túneles subterráneos desde mayo.
La ofensiva militar israelí en la Franja ha causado más de 40.200 muertos palestinos y 93.100 heridos; además de unos 10.000 desaparecidos bajo los escombros; según cifras de las autoridades gazatíes.
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