Gazatíes
Columnas de humo se elevan desde la ciudad de Gaza tras un bombardeo israelí. EFE/EPA/MOHAMMED SABER

El riesgo de ser atacado en cualquier momento y la falta de combustible impidieron que los palestinos del norte de Gaza pudieran evacuar hacia el sur del enclave a través del corredor habilitado este sábado por el Ejército israelí, que acusó al brazo armado del grupo islamista Hamás de frustrar su plan.

En medio de una creciente presión internacional por un alto el fuego temporal con fines humanitarios, el Ejército israelí anunció que permitirían durante tres horas el paso de civiles por la carretera de Salah al Din.

Sin embargo, ninguna persona se aventuró a realizar el viaje en ese lapso.

Varios palestinos del norte de la Franja aseguraron por teléfono que era imposible desplazarse hacia el sur en tan pocas horas.

Según su relato, el viaje a pie lleva muchas horas y, además, dicen tener miedo de salir de sus casas o de caminar por zonas abiertas por el temor a ser víctimas de un ataque.

«No tenemos coche, no tenemos gasolina, estamos en la calle y solo nos dieron la ruta» asegura un habitante de Jabalia que prefiere permanecer en el anonimato, al explicar que solamente para llegar hasta la carretera de Salah al Din necesita tres horas.

De su lado, el Ejército israelí dijo que «terroristas de Hamás atacaron a las tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel que operaban para abrir la ruta humanitaria de (la carretera de) Salah al Din para la evacuación de los residentes hacia el sur».

«Este incidente demuestra que Hamás explota a la población de Gaza y le impide actuar en aras de su propia seguridad», subrayó.

«Se oían disparos»

En más de cuatro horas, solo siete vehículos cruzaron de norte a sur por Salah al Din y todos estaban ocupados por habitantes del sur que habían intentado, sin éxito, viajar al norte para recoger a familiares.

«Tengo un hermano en Jabalia y fuimos de Khan Yunes a Jabalia porque las fuerzas de la ocupación dijeron que desde la una hasta la cuatro era la última oportunidad para moverse hacia el sur, pero llegamos a la calle Salah al Din y el camino estaba cortado. Además, se oían disparos y decidimos volver», dice un conductor que prefiere no relevar su identidad.

Otro asegura que a la altura del campo de refugiados de Al Bureij se dio la vuelta, porque la carretera estaba bloqueada con cemento y grava.

Los testigos coinciden en el horror de moverse por una carretera totalmente vacía, escuchando disparos y viendo cadáveres tirados en el arcén.

«Vi un muerto en el camino, sí, un hombre en un coche», asegura un taxista, que también desistió de su intento de alcanzar el norte de la asediada Franja.

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