Bogotá, Colombia. Alex Saab, el misterioso empresario colombiano detenido en Cabo Verde, era una suerte de «superministro» del Gobierno venezolano, que debe estar preocupado por lo que este pueda revelar si es extraditado a Estados Unidos, afirma el periodista Gerardo Reyes, que ha investigado a profundidad al llamado «testaferro de Maduro».
«Deben estar preocupados pero no creo que sea la única fuente. Aquí (a Estados Unidos) han llegado tantos testigos, tantas personas que colaboraron con el Gobierno (venezolano) que el mapa completo no lo tiene solamente Saab», asegura Reyes en una entrevista con Efe sobre su libro «Alex Saab» (Planeta).
Alex Naín Saab, de 49 años y nacido en Barranquilla, le cayó en gracia hace una década al chavismo y se hizo multimillonario a la sombra del presidente Nicolás Maduro, beneficiándose de un entramado de empresas fantasma dedicadas a las importaciones ficticias al tiempo que manejaba asuntos comerciales del Gobierno, según las investigaciones recogidas en el libro.
«Hay razones para preocuparse porque este señor era casi como un ‘superministro’, manejaba toda la parte de comercio exterior, todas las soluciones de emergencia de un régimen acorralado por Estados Unidos, y que se hace experto en burlar ese bloqueo que plantea Washington al país», asegura el autor.
DETENCIÓN EN CABO VERDE
Sin embargo, la fiesta terminó el 12 de junio de 2020 cuando Saab fue detenido por la Interpol en Cabo Verde, a petición de EE.UU., que lo pide en extradición y lo acusa de «enriquecerse ilícitamente haciendo pagos de sobornos a funcionarios oficiales venezolanos con el fin de obtener ventajas impropias de los negocios».
Según el libro, «se calcula que el robo a Venezuela» mediante la corrupción «asciende a 300.000 millones de dólares durante dos décadas de gobierno socialista», y Saab se llevó parte de esa tajada por su intimidad con el régimen y su habilidad para los negocios.
Explica que Saab, que en Barranquilla era un modesto empresario, se convirtió de la noche a la mañana en multimillonario y pieza clave para la revolución bolivariana.
«Le resolvió (al Gobierno venezolano) todas las cosas básicas de supervivencia, desde la leche hasta la gasolina y después la monetización del oro, y eso al mismo tiempo implicaba para él hacerse rico a la velocidad que a él le gusta», explica.
Por lo que Saab sabe, un equipo de abogados ha tratado de impedir su extradición del pequeño país africano a EE.UU., pero el Gobierno venezolano se reservó otras formas de presión por si pierde la batalla judicial.
«Creo que han hecho todo el esfuerzo, incluyendo una carta muy fuerte a Saab diciéndole: ‘si usted habla eso podría ser considerado una traición y empezaríamos un juicio acá’. Toda esa retórica lo que refleja no es una solidaridad de cuerpo con el ‘diplomático’ Alex Saab sino también una preocupación con lo que él pueda decir», afirma Reyes, director del equipo de investigación de la cadena Univisión en EE.UU.
EL MUNDO ZOMBI DE CADIVI
Sin embargo, aclara que la Justicia estadounidense tiene el reto de «demostrar que además de él (Saab) ser un lavador de dólares, un promotor de la corrupción, estaba trabajando para beneficiar a un presidente o a gente de su gobierno o a gente de su familia».
«Una cosa es que Maduro se haya beneficiado directamente, no lo sabemos, pero otra que sí está probada es que Saab logró lanzarse a este mundo de corrupción, de favores, de contratos sin licitaciones, inflados a partir de una trampa básica que fue engañar a Cadivi», acrónimo de la Comisión Nacional de Administración de Divisas.
Cadivi fue un organismo creado en 2003 para controlar el acceso de los venezolanos a la moneda extranjera y desde allí se autorizaban los dólares para el pago de importaciones, pero acabó convertido en un «mundo zombi», en «epicentro de un saqueo multimillonario» al país.
En ese engranaje de corrupción entró mucha gente que, como Saab, buscaban «hacerse ricos, y hay que decirlo también, mucha gente del sector privado, incluyendo firmas de Estados Unidos, que de alguna manera se beneficiaron de ese caos, de esa corrupción», dice.
LOS AMIGOS COLOMBIANOS
Entre quienes aparecen relacionados con los negocios de Saab y Cadivi está la exsenadora colombiana Piedad Córdoba, amiga íntima del fallecido presidente Hugo Chávez y de Maduro, y quien además presentó a Saab al actual mandatario.
«Ella (Córdoba) va a tener que dar explicaciones (…) Ella niega haber recibido dinero, pero hay algunos documentos que plantean dudas de que posiblemente ella estaba cobrando una comisión de éxito por lograr que se descongelaran los fondos de Cadivi no solamente a favor de Alex Saab si no de un grupo grande de industriales y empresarios de Colombia», afirma.
Otros personajes citados en el libro son el controvertido abogado colombiano Abelardo de la Espriella, que fue defensor de Saab, y el socio de éste en los negocios en Venezuela, Álvaro Pulido Vargas, un oscuro empresario que, según revela, es en realidad el antiguo narcotraficante Germán Enrique Rubio Salas, que se cambió el nombre tomando la identidad de un colombiano fallecido en 2005 en Miami.
El libro contiene muchas anécdotas de Saab, de quien el autor destaca que está involucrado en «operaciones oscuras, turbias» en muchos países, pues también fue investigado sin éxito en Colombia, Ecuador y México.
«Está acusado en Estados Unidos, hacía negocios con Turquía, enviaba fondos a Rusia, llevaba oro, tenía empresas en los Emiratos Árabes, lo investigó Suiza, tenía inversiones en España, apartamento en Italia, una esposa italiana modelo y apartamento en Francia», dice Reyes y añade que el éxito de Saab fue tan fulgurante que «se fue de Barranquilla con 500 dólares y regresó un año después en avión privado».
EFE noticias
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