Gobierno de Nicaragua
Fotografía de archivo del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. EFE/Jorge Torres

Gobierno de Nicaragua ordenó la ruptura de las relaciones diplomáticas con la Santa Sede, máxima institución de la Iglesia católica en el mundo.

La decisión la adoptó unas horas después de publicarse una entrevista en la que el papa Francisco calificó como una “dictadura hitleriana” al Gobierno, de cuyo máximo dirigente, Daniel Ortega, comentó —“con mucho respeto”— que padece “un desequilibrio”.

Fuentes diplomáticas en Roma confirmaron a Confidencial que la representante del Gobierno sandinista ante la Santa Sede comunicó “verbalmente” la ruptura de relaciones en la Secretaría de Estado del Vaticano, en Roma, aludiendo a las declaraciones del Santo Padre, en las que por primera vez se refirió de forma contundente a los ataques del régimen contra la Iglesia católica.

El papa elogió además al encarcelado obispo Rolando José Álvarez: “Ahí tenemos un obispo preso, un hombre muy serio, muy capaz. Quiso dar su testimonio y no aceptó el exilio”.

La representante de Nicaragua es Yara Suhyén Pérez Calero, quien funge como ministra consejera en la Santa Sede. Nicaragua no cuenta con un embajador ante la Sede Apostólica desde el 21 de septiembre de 2021, cuando Ortega canceló el nombramiento de Elliette Ortega Sotomayor, quien repuso en marzo de ese año al exsubdirector de la Policía Nacional, excomisionado Francisco Bautista Lara.

Santa Sede

De esta manera, Ortega y Murillo pondrán fin a un vínculo diplomático de al menos 115 años, ya que las relaciones entre Nicaragua y la Santa Sede nacieron en 1908.

Sin embargo, la convivencia entre los sandinistas y la Iglesia católica de Nicaragua ha estado marcada por roces y desconfianzas en los últimos 43 años.

Nicaragua ingresará además a un reducido grupo de trece países que no mantienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede, cuatro de ellos tienen Gobiernos comunistas —Vietnam, Corea del Norte, China y Laos— y ocho son musulmanes —Somalia, Omán, Mauritania, Maldivas, Islas Comores, Brunéi, Afganistán y Arabia Saudí—, el otro es Bután, un reino budista en el sur de Asia.

De acuerdo con la fuente diplomática en Roma “al representante de la Nunciatura en Managua le dieron una semana para irse del país”, indicó Confidencial.

Monseñor Mbaye Diouf, secretario de la Nunciatura, está al frente de la misión diplomática vaticana —en calidad de encargado de negocios— desde inicios de marzo del año pasado, luego que la dictadura expulsó de facto al nuncio apostólico, monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag.

El Gobierno de Ortega y Murillo le notificó de forma verbal al nuncio apostólico su expulsión de Nicaragua.

El sábado 5 de marzo de 2022, la viceministra de Relaciones Exteriores, Arlette Marenco, le notificó al representante papal que tenía diez días para dejar el país; sin embargo, tras consultas con la Santa Sede, monseñor Sommertag abandonó su misión diplomática al día siguiente por la noche —el lunes 6 de marzo—, sin despedirse de la Conferencia Episcopal de Nicaragua o del cuerpo diplomático acreditado en el país.

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