Madrid.-El Gobierno español aprobó este domingo la suspensión durante dos semanas de las actividades productivas no esenciales dentro de un endurecimiento de las restricciones para frenar la expansión del coronavirus.
«Las medidas de confinamiento están reduciendo la expansión del virus, pero debemos dar un paso más», afirmó la ministra portavoz y responsable de Hacienda, María Jesús Montero, al anunciar en rueda de prensa la decisión al término de una sesión especial del Ejecutivo español.
El nuevo parón tendrá la forma de un permiso retribuido recuperable desde mañana, lunes 30 de marzo, hasta el 9 de abril.
Esto supone que los empleados afectados no trabajarán pero cobrarán sus salarios, aunque más adelante realizarán horas extras para compensar a sus empresas en las condiciones que se acuerden con los sindicatos.
Esta medida no afecta a los empleados que trabajan desde sus casas durante el actual confinamiento, que comenzó el pasado día 15 y que continuará hasta el 11 de abril, y tampoco a los que están enfermos o los afectados por suspensiones temporales de empleo.
Montero explicó la medida como «necesaria» para reducir la movilidad de la población en todo lo posible, porque «es imprescindible reducir el número de nuevos infectados».
Argumentó que hay que dar «un paso más» para que más trabajadores se queden en casa durante las dos semanas siguientes y poder garantizar que todo el que lo necesite tenga una asistencia sanitaria adecuada y suficiente, pues las unidades de cuidados intensivos están ya al límite de capacidad en seis de las 17 regiones españolas.
La también ministra de Hacienda señaló que se busca que la economía «entre en una hibernación» para que cuando pase lo peor de la pandemia se puedan «recuperar todos nuestros activos».
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, consideró que este permiso retribuido recuperable es una nueva fórmula en la que «todos ceden», tanto empresas como trabajadores, que tendrán que recuperar el tiempo no trabajado antes del 31 de diciembre.
El Gobierno se ha marcado como objetivo reducir los desplazamientos en automóviles privados un 85 por ciento durante todos los días de la semana, como ocurre ya los sábados y los domingo, para impedir la expansión del coronovirus.
Esta decisión, avanzada ayer por el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, llega mientras España es el segundo país del mundo en fallecimientos y el cuarto por contagios de la COVID-19, aunque la curva de nuevos casos se está ralentizando durante esta semana.
Hoy llegó al 9% de incremento diario, después de rondar el 30% durante algunos días de la pasada semana.
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