Grecia celebra este domingo sus segundas elecciones generales en un mes, marcadas por el tema de la migración tras la tragedia de la semana pasada en el Mar Jónico, cuando un abarrotado pesquero naufragó y dejó cientos de migrantes muertos.
El siniestro, una de las mayores tragedias migratorias registradas en el Mediterráneo, ha provocado en la recta final hacia las urnas tensión entre los dos principales contendientes, el conservador Kyriakos Mitsotakis y el izquierdista Alexis Tsipras.
Tsipras, exjefe de Gobierno y líder del opositor partido Syriza, ha expresado dudas sobre la versión de los hechos de la Guardia Costera respecto al naufragio y criticó duramente la política migratoria de Mitsotakis que, según señaló, no considera el rescate de vidas humanas como una «prioridad absoluta».
Según los guardacostas de Grecia la embarcación se hundió ante las costas del Peloponeso mientras uno de sus patrulleros estaba «observando de cerca» el pesquero.
Sin embargo, según testimonios de los rescatados, el abarrotado barco se hundió después de que la Guardia Costera tratara de remolcarlo, algo que las autoridades niegan categóricamente.
Mitsotakis, que busca la reelección tras estar cuatro años al frente del país, consideró durante un mítin electoral «muy injusto» que Tsipras y Syriza asuman que los guardacostas «no hayan hecho su trabajo».
«Se trata de personas que están ahí afuera luchando contra las olas para salvar vidas y proteger nuestras fronteras», señaló el líder conservador, quien defendió la política «estricta pero justa» de su Gobierno en migración que logró reducir significativamente los flujos migratorios hacia Grecia.
Según dijo a EFE Alexis Rutzunis, director de investigación de Kapa Research, empresa especializada en la investigación de tendencias sociales y políticas, la tragedia no tendrá un impacto significativo en los apoyos que reúnen los principales partidos.
Según las últimas encuestas, la Nueva Democracia (ND) de Mitsotakis recibiría el 41 % de los votos, con lo que saca más de 20 puntos de ventaja a Syriza que obtendría el 20 %.
A partir de 2010 y con el estallido de la crisis financiera la sociedad griega «se hizo mucho más conservadora» respecto al tema de la migración, señaló el experto.
Además, el episodio vivido en el verano de 2020, cuando miles de migrantes trataron de entrar a Grecia cruzando la frontera terrestre con Turquía, cambió la perspectiva respecto a este tema.
«A partir de entonces la migración se vincula con las relaciones greco-turcas y la seguridad nacional», señala Rutzunis, un cambio de perspectiva del que ND ha sabido beneficiarse.
Los porcentajes de intención de voto son casi idénticos a los que recibieron los partidos en las legislativas del 21 de mayo, si bien esta vez al líder conservador le bastaría recibir un 39 % para hacerse con la mayoría absoluta en el Parlamento de 300 escaños.
Y esto gracias a una prima de hasta 50 escaños al partido ganador, que había quedado eliminada en los últimos comicios, tras los cuales fracasaron todos los intentos para formar un Gobierno.
Durante la campaña electoral Mitsotakis se centró en la economía que tras una década de rescates financieros acompañados por duros recortes sigue siendo la principal preocupación para los votantes, según las encuestas.
El conservador busca la reelección bajo la promesa de terminar con las reformas necesarias para que la economía griega siga creciendo y la sociedad “deje atrás definitivamente” el período de la crisis, acercándose a Europa en materia de salarios y de nivel de vida.
Por su parte, Tsipras aboga por una economía “que funcione para todos” y tras la abrumadora derrota de mayo –perdió un tercio de sus apoyos respecto a 2019- pide ahora el voto para mantenerse como un “partido opositor fuerte”.
Según las encuestas, en tercer lugar quedarían los socialistas de Pasok-Kinal con el 12 % de los votos.
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