El reciente anuncio de la autoridad electoral venezolana, que declaró a Nicolás Maduro como ganador de las elecciones presidenciales, ha desatado una ola de reacciones tanto a escala nacional como internacional. Este resultado, que ha sido duramente cuestionado por la oposición, ha dejado entrever un nuevo capítulo de confrontación política en el país. La incertidumbre generada por este contexto electoral podría tener un impacto significativo en el flujo migratorio, que ya ha alcanzado cifras alarmantes en los últimos años.

Desde hace más de una década, Venezuela ha estado sumida en una crisis política, económica y social que ha llevado a más de 7,7 millones de personas a emigrar, según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Este fenómeno se considera el mayor éxodo de la historia reciente de América Latina. La mayoría de los emigrantes venezolanos han buscado refugio en países de América Latina y el Caribe, así como también Estados Unidos y Europa.

El panorama actual, marcado por la desconfianza y la desesperanza, ha llevado a muchos a cuestionar si la emigración es la mejor opción. Yamilet Pinto, psicóloga clínica, señala que la salud mental de los venezolanos se ha visto gravemente afectada por la incertidumbre. «La característica más predominante en este momento es la incertidumbre. El no saber qué va a pasar genera una carga de preocupación mayor», explica Pinto. Esta ansiedad puede influir en la decisión de emigrar, ya que muchos buscan escapar de un entorno que perciben como cada vez más hostil.

De acuerdo con una encuesta de ORC Consultores, publicada antes de la fecha electoral, más del 18 % de los encuestados consideraba abandonar Venezuela si el oficialismo resultaba ganador o se mantenía en el poder. La encuestadora precisa que, cerca de un millón de personas podrían emigrar en el mediano plazo.

Un escenario similar muestra Meganálisis, que en abril de este año recalcó que, al menos, 44,6 % de la población venezolana consideraría irse del país en un escenario postelectoral donde Nicolás Maduro se mantuviese en el poder.

La perspectiva de los guayaneses

Las entrevistas realizadas a ciudadanos guayacitanos revelan un panorama desalentador. Diego Ramírez, un joven de 27 años, licenciado en Ciencias Fiscales, expresa que la frustración y la ansiedad han marcado su vida tras los resultados electorales. «La esperanza de superación y cambio que tenía murió completamente al escuchar los resultados», confiesa. Esta desmotivación se ve reflejada en la decisión de muchos jóvenes de considerar la migración como una alternativa para mejorar su calidad de vida.

«Entre amigos la reacción ha sido la misma, todo lo que se comenta se relaciona con emigrar lo más rápido posible, antes de que toda la situación política empeore», agrega.

Por su parte, Gervacio Rivas, profesor universitario de 51 años, también comparte su descontento. «La represión y la falta de oportunidades son desalentadoras. La situación actual me obliga a pensar en emigrar para poder subsistir y ayudar a mi familia», afirma. La falta de respuestas por parte de las instituciones y las manifestaciones de calles que han desencadenado una ola de muertos y encarcelados, han contribuido a un ambiente de desesperanza que afecta especialmente a las nuevas generaciones.

La migración no solo afecta a quienes deciden irse, sino también a aquellos que permanecen en el país. La desmotivación y la frustración son sentimientos comunes entre los jóvenes, quienes ven en la emigración una salida a la crisis. Rivas añade: «La falta de oportunidades y la represión han llevado a muchos a perder la fe en el futuro de Venezuela».

Foto: referencial

 La red de apoyo social

En este contexto, la red de apoyo social juega un papel crucial en el bienestar emocional de quienes deciden emigrar. Pinto enfatiza la importancia de abrir espacios para el desahogo y la conversación. «Es fundamental permitir que las personas expresen sus emociones y miedos. La empatía y el apoyo son esenciales en estos momentos difíciles», señala. La familia y los amigos pueden ser un pilar fundamental para quienes enfrentan la difícil decisión de dejar su país.

«Si la situación se vuelve abrumadora, buscar ayuda profesional es una opción válida», resalta Pinto.

La psicóloga clínica con amplia trayectoria en Ciudad Guayana, enfatiza que la incertidumbre sobre el futuro es un potente desencadenante de decisiones impulsivas. Sin embargo, advierte que estas decisiones deben ser tomadas con calma y objetividad: «No hay que dejarse llevar solo por la desesperación. La migración es una decisión crítica que debe evaluarse desde la perspectiva emocional y económica».

«El gran ejercicio en este momento es no dejarnos llevar por la desesperanza, por la falta de fe, o por un resultado. Y además, por nuestra interpretación de ese resultado», sostiene.

Bajo la presión de este nuevo ciclo de inestabilidad política, es imperativo considerar el papel de una red de apoyo social. La empatía, el desahogo emocional y el fortalecimiento de la resiliencia son esenciales para navegar los momentos difíciles que viven los migrantes y sus seres queridos que se quedan en el país.

Recomendaciones

Pinto destaca que «los pensamientos catastróficos y negativos» pueden influir en las decisiones de emigrar. En un contexto donde la realidad política y social es incierta, muchos se ven tentados a buscar nuevas oportunidades en el extranjero. Sin embargo, la decisión de emigrar no debe tomarse a la ligera. «Es fundamental evaluar si emocionalmente estoy preparado para eso, y si tienes los recursos económicos necesarios», advierte la especialista.

La salud mental juega un papel crucial en la evaluación de la emigración como opción. Pinto enfatiza que «la práctica de centrarse en el momento presente, puede ayudar a manejar la ansiedad». En lugar de dejarse llevar por pensamientos negativos sobre el futuro, es vital que los venezolanos se enfoquen en lo que pueden controlar en el presente.

«Si todos los venezolanos nos desesperamos y reaccionamos con base en la emoción, eso puede llevar a decisiones precipitadas», explica Pinto. La clave está en encontrar un equilibrio entre la emoción y la razón, permitiendo que las decisiones se tomen desde un lugar de calma y reflexión.

Para aquellos que deciden quedarse, es igualmente importante brindar apoyo a sus seres queridos que han optado por emigrar. «Generar espacios de recreación y conversación puede ayudar a fortalecer los lazos familiares y amistosos», sugiere Pinto. La empatía y la comprensión son fundamentales en este proceso, ya que cada persona vive su propia experiencia emocional.

La situación actual en Venezuela es compleja y desafiante. La incertidumbre política y social puede llevar a muchos a considerar la emigración como una solución. Sin embargo, es crucial que cada individuo evalúe su situación de manera objetiva, considerando tanto su salud mental como sus recursos personales.

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