Barcelona (España).- Atentos como si no existiera nada más en el mundo y «alucinando» por estar tocando junto a la Mahler Chamber Orchestra (MCO) dirigidos por Gustavo Dudamel, 41 jóvenes ensayaron hoy viernes con él las piezas que interpretarán mañana en España en un concierto «excepcional» que «creará y compartirá belleza».

La MCO tocará en el Festival de Peralada (Girona) una versión de «El sueño de una noche de verano», de Mendelssohn, en la que la actriz María Valverde, esposa de Dudamel, recitará pasajes de la obra de Shakespeare, y la sinfonía «Titán», de Mahler.

Será la primera vez que la Fundación Gustavo Dudamel (GDF) y la Mahler trabajen juntos pero «el sueño es que se repita. Son esenciales estos espacios de inspiración, de compartir amor por la música», aseguró a EFE el venezolano, cuya proyecto fue el elegido por la Mahler Foundation para su programa educativo anual.

Para estos estudiantes y jóvenes músicos, «en proceso de aprendizaje» en España, Venezuela, Argentina, Francia, Hong Kong, Japón, Noruega, Corea del Sur, Colombia y Estados Unidos en orquestas tales como la Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela, la Juvenil de los Ángeles (YOLA) y la Escuela Reina Sofía, esta es, según Dudamel, «una oportunidad única».

Crear y compartir belleza

La misión de quien hace música, subrayó, es «crear y compartir belleza» y es justamente el arte el que tiene un papel fundamental contra la intolerancia: «es un hacedor de puentes, de equilibrios y en momentos de crisis son espacios esenciales y necesarios», dijo.

Tanto él, que se formó en el Sistema de Orquestas venezolano, como su esposa están persuadidos del papel fundamental de la música para la creación de una sociedad mejor, el diálogo multicultural y la unión de los jóvenes con talento de todo el mundo.

Los elegidos en esta ocasión llegaron a la localidad española de Barcelona hace una semana para trabajar con tutores de la Mahler y preparar los ensayos con Dudamel, al que consideran «lo máximo», según explica a Efe uno de los diez estudiantes venezolanos seleccionados del Sistema de Orquestas, el violinista Carlos Chacón (San Cristóbal, 2001).

«La experiencia me ha gustado muchísimo. Es un nivel musical altísimo, ellos son encantadores y trabajar con Gustavo un sueño. Es súper divertido», añadió.

Energía y magia

Para la violinista Diana Poghosyan (1998), de la Escuela Reina Sofía, la experiencia es «súper especial» porque Dudamel les hace «sentirse músicos, no estudiantes».

«Llevo alucinando desde que empezamos con él. Estoy totalmente enamorada de cómo explica. Transmite energía y magia», subraya a EFE la española, que lejos de estar nerviosa ante su estreno mañana lo vive con la certeza de estar arropada por los músicos de la Mahler, «que también se equivocan, y cuando lo hacen te miran como diciendo ‘la acabo de cagar'», se ríe.

Para la oboísta noruega Ingeborg Moe (Bergen, 1989), alumna de Dudamel en su programa de residencia en Princeton, es una experiencia «fantástica» y está «muy emocionada» porque no solo son intérpretes del máximo nivel sino que el ambiente no puede ser mejor.

Tranquilo y agradable

«Están todos a tu lado respaldándote y esa atmósfera es encantadora. Sientes cómo tu corazón late con el de ellos. Gustavo siempre quiere además hacer música, no mandar, sino compartir lo que hace y hacerlo cada vez mejor» destaca en declaraciones a EFE.

El primer trompa de la Mahler, José Vicente Castelló (1978), cree que Dudamel es el director «ideal» porque genera «un ambiente muy tranquilo y agradable» y cree que el público podrá apreciar un trabajo «muy especial» en esta ocasión.

Él fue uno de los miembros de la orquesta que estuvo coordinando y preparando a los estudiantes para que tuvieran la dinámica de trabajo «y supieran enfrentarse a la orquesta» y parece que saldrán del reto «airosos», dijo a EFE.

«Quiero el sonido de los que están contentos de tocar juntos. Hagamos el amor», les proponía Dudamel esta mañana provocando la carcajada de todos.

En cada una de sus apreciaciones, que suele anteceder con un «good, good» y un «my dear», el director hace comparaciones gráficas -«es más bien como un león que sigue a un pajarillo»- y retoma el compás cantando él las notas, todo ello sin echar siquiera un vistazo a la partitura, que nunca sube al estrado cuando actúa.

La Mahler, creada por Claudio Abbado, está formada por músicos de todo el mundo que sólo se juntan para hacer giras y trabajar con directores y solistas de prestigio y en la gira que les ha traído a España ya han estado a las órdenes de Pablo Heras-Casado y JaKub Hrusa.

EFE

 

 

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