En El Dorado, los apagones se han vuelto una falla constante, que afecta considerablemente la vida diaria de sus habitantes, situación que se ha convertido «impredecible» para ellos.
Un grupo de pobladores indicaron que la interrupción del servicio eléctrico «es tan regular que ya anticipamos a qué hora se volverá ir la luz».
Al mismo tiempo, el señor Pablo agregó que «no hay una planificación de cortes para uno esté pendiente», agravando más la incertidumbre en la población.
Los residentes han catalogado la problemática como una «amarga costumbre» y alegando que «viven en carencias del pasado».
Por su parte, denunciaron que muchos han perdido «muchos alimentos», que «compramos, con esfuerzo, y se dañan en las neveras».
También mencionaron que se les han dañado los electrodomésticos, «sin posibilidad de poder reponerlos».
Los habitantes tienen que enfrentarse a largas noches de insomnio debido al calor y los mosquitos.
Economía en pausa
Además, deteriora la paciencia de los habitantes debido a las largas horas en la oscuridad, también está afectando la económica familiar.
Los comercios locales no se escapan de esta situación, pues, cada apagón para los empresarios se traduce en pérdidas.
«La mercancía en neveras corre el riesgo de dañarse» al estar tantas horas sin refrigeración, apuntó un comerciante que prefirió mantenerse en anonimato.
Asimismo, explicó que los clientes se van si ven que los los locales están a oscuras, generando «un doble esfuerzo en la jornada labora para poder obtener algo de ganancia», mientras que en paralelo «luchamos contra la falta de luz».
Los habitantes de El Dorado hacen un llamado a las autoridades regionales y locales para que solventen esta situación, que se ha vuelto un calvario para ellos y perjudica su cotidianidad.
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