Puerto Ordaz.-El par de “llave”, o mejor dicho amigos, viven de la basura. Ellos, recolectan botellas de plásticos, después la venden. El poco dinero que consiguen es para medio comer.

Henry y Francisco, conversaban del día a día, mientras hurgaban en la basura, a un lado de la Estación de Servicios PDV Las Américas, cuando son abordados por el periodista de soynuevaprensadigital.com.

El primero dijo que cumplió 60 años y el segundo, tiene unos pocos años más. Al dúo, le toca recorrer las calles del centro de Puerto Ordaz y otros sitios de la ciudad en busca de botellas y otros envases de plásticos para “lograr subsistir a la crisis que vivimos a diario”, expresó Henry.

Francisco, tiene cuatro hijos mayores, cada uno de ellos, tiene su vida hecha. “Tengo mi casa en Chaguaramas, municipio Libertador del estado Monagas. Me toca dormir en la calle, a pesar que tengo un hijo en Loma Colorada de San Félix”.

Henry, no tiene casa, tampoco familia, fue lo que manifestó al periodista de esta medio. A pesar que sacó el carnet de la Patria, no sabe, si los bonos le llegan o no.

Ambos, aseguran que no gozan de ningún tipo de seguridad social. No saben cómo, o en qué momento cogieron la calle. “Cuando me di cuenta, era porque estaba adentro de la basura, buscando algo que me pudiera dar para medio comer”, acotó Henry.

Según, no fueron malos padres, muchos menos malos hijos. Creen que la vida ha sido injusta con ellos, “cuando me acuesto a dormir, no quiero despertar. Solo de pensar volver a la realidad, eso me deprime”.

Cuentan que no se quejan, “siempre, nos acostamos con algo en el estómago. Algunas veces, encontramos a un buen samaritano que nos da un pedazo de pan, una arepa, o algo que le sobra”.

Aclararon, “no andamos robando, tampoco metiéndonos en las casas o negocios”.

Dicen que con el gobierno de Nicolás Maduro, no hay futuro para los venezolanos, “eso, te lo podemos decir nosotros que la necesidad y la falta de empleos, nos obligó a coger la calle y convertirnos en indigentes”.

Como hombres de la calle, ellos pasan desapercibidos, no representan una carga para ningún mortal, buscan sus propios alimentos y cuando les toque partir de este mundo, ni se van a enterar, es lo que expresó Francisco.

Aunque, piden a alguna persona que tenga un fundo, u otra propiedad para cuidar, ellos, están disponibles para salir de la indigencia.

Bladimir Martínez Ladera
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