Tegucigalpa.- Honduras, considerado uno de los países más vulnerables a los embates de la naturaleza, debe cambiar su modelo de desarrollo y promover un cambio para adaptarse al calentamiento del planeta, dijo este martes a Efe el Comisionado Presidencial hondureño del Cambio Climático y Manejo del Plan Maestro de Agua, Bosque y Suelo, Marlon Escoto.
Honduras es un país «altamente vulnerable» a los efectos del cambio climático, por lo que debe «cambiar su política de desarrollo», aseguró Escoto.
Agregó que el fenómeno «no es un tema meramente ambiental, sino de vida, por eso es importante que los jóvenes y los niños, simultáneamente a la toma de decisiones de las autoridades, puedan comprender y ayudar a acelerar la toma de decisiones».
El calentamiento del planeta es un fenómeno «reciente» comprendido desde modelos de desarrollo de Asia, Europa y Estados Unidos, señaló el funcionario, quien afirmó que los niños y jóvenes creen que el futuro inmediato «está comprometido».
«Los jóvenes le dicen a los viejos: hagan o no, tienen pocas posibilidades de recibir los impactos mayores del cambio climático», enfatizó.
Escoto, exministro de Educación de Honduras, destacó la importancia de impulsar la recuperación de espacios naturales y seminaturales, frente a la «infraestructura gris», propia de la urbanización.
Añadió que el modelo de desarrollo de un país y el futuro de las ciudades está «comprometido y debe absorber los temas de adaptación al cambio climático».
Señaló además la necesidad de promover la educación y un cambio en la cultura ciudadana para reducir las consecuencias del calentamiento del planeta.
Escoto dijo que el cambio climático «está encima, nos adaptamos o desaparecemos, los tiempos de desaparición ya están proyectados, hay una fecha de no retorno en relación al deterioro de la tierra, 2050».
El Gobierno hondureño debe «sumarse a la acción climática» e incluir en el presupuesto nacional recursos para mitigar el cambio climático como «una herramienta de supervivencia», indicó.
«La educación y la cultura alrededor del cambio climático es importante porque todos podemos hacer un poco a través de nuestras actividades diarias», añadió Escoto.
Tegucigalpa, la capital de Honduras, ha recibido este año de parte de Alemania 21 millones de euros (un poco más de 22,8 millones de dólares) para adaptación climática.
«Las acciones de adaptación son una exigencia que debemos hacer todos, tenemos que aprender el resto de las ciudades que tienen problemas de falta de agua, problemas con la producción de alimentos», explicó.
Escoto aseguró que el fenómeno es «más que un tema ambiental, es un tema de desarrollo» que tiene que abordarse desde «la ruralidad, en entornos abiertos desde las ciudades y en entornos más cercanos, más poblados».
En su opinión, para comprender el fenómeno no es necesario tener una formación académica, se requiere «incluirlo en el modelo desarrollo del país».
«Tenemos que pasar de la comprensión, de socializar y admitir a la parte de acción climática», dijo Escoto, quien señaló además que de acuerdo al Acuerdo de París suscrito en 2015 por 193 Estados, el 2020 es el año para hablar con la población y hacerle ver, por ejemplo, que el futuro del agua «está comprometida y debemos participar todos».
Para cumplir con las metas del Acuerdo de París, señaló, se necesita identificar quiénes emprenderán «las acciones climáticas» y «buscar los mecanismos de financiación».
«Si los países se comprometen y cumplen (las metas de París) estarán colaborando para que el aumento de la temperatura global, que es lo que desencadena el calentamiento global, puede reducirse o puede tener una tendencia que no comprometa el futuro», enfatizó.
Los acuerdos alcanzados en la Cumbre del Clima de París de 2015 (COP21) fijaron un aumento máximo de la temperatura del planeta en 2100 de 1,5 grados centígrados sobre los niveles preindustriales.
Honduras se comprometió a restaurar un millón de hectáreas de bosques y reducir la emisión de dióxido de carbono (CO2), pese a que el país no es gran emisor de ese gas causante del calentamiento global, agregó Escoto.
El país emite 21 millones de toneladas de CO2 al año, de las que nueve es son por el combustible y siete por actividades forestales, según cifras oficiales.
Anny Castro EFE
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